Hola chichis!!! El Sol entra en Capri el 21 de diciembre, regenerando objetivos y aspiraciones desde una óptica realista y congruente.
¡Feliz solsticio! 🕯️❄️🌞 Llega el invierno en el Hemisferio Norte, y el verano en el Sur. ¡Las horas de luz y oscuridad alcanzan su máximo desequilibrio! Por los siguientes tres meses, esta tendencia mutará progresivamente hacia un equilibrio.
Cuando el Sol entra en Capri levantamos la carta de la próxima estación. En ella, el Sol hace cuadraturas a los nodos, que abandonarán Aries-Libra el 12 de enero. Esto implica que los eclipses recientes tienen una nueva ventana para expresarse, y muchas personas podrían sentirse en un tiempo decisivo y trascendente.
Además, en el solsticio la Luna se opone a Saturno, completando una cruz cósmica que tensiona y dinamiza a los signos mutables. ¡Necesitaremos adaptarnos a circunstancias algo exigentes, cuestionar mucho y hacer ajustes!
Si lo que buscamos es esforzarnos para realizar alguna proeza que nos resitúe, estos meses pueden favorecerán nuestra concentración y preparación. Pero necesitaremos paciencia, porque la figura de la gran cruz no se mueve fácilmente, y también puede resultar algo desalentadora.
En los días siguientes al solsticio, la Luna entra en Libra, en Cuarto Menguante sobre el Nodo Sur. También se perfecciona la segunda cuadratura de Júpiter y Saturno. ¿Tal vez tengamos demasiadas cosas en mente?
¡Las relaciones y los equilibrios previos podrían llegar a un punto de no retorno! Si viviste algo intenso en torno al eclipse del 2 de octubre, estos días podrían repescar ese sabor.
También podríamos sentir que nuestras ilusiones se ponen en duda, despertando reacciones de resistencia, oposición y confrontación. Los sentimientos de vulnerabilidad y fragilidad podrían despertar la necesidad de poner límites, asumir responsabilidades o trazar un plan.
¿Recuerdas cuáles eran tus aspiraciones en diciembre de 2020? La cuadratura de Júpiter y Saturno tiene que ver con eso. Si te propusiste realizar una visión, ahora verás de qué dispones y qué queda trabajar. Esto dará frutos allá en 2030, cuando Júpiter y Saturno hagan oposición.
No te desmotives, proyecta a largo plazo.
Por último, como el regente de esta temporada Capri es Saturno en Piscis, aquí abajo os dejo una reflexión sobre nuestra parte en el planeta Tierra... 💚
Qué cosa, vivir en una bolita azul, suspendida delante de una estrella. Una posa los pies firmemente sobre la Tierra y olvida que no existe la quietud ni nada que se le asemeje, porque los ciclos de las estaciones nos mueven constantemente en el tiempo y en el espacio, universo a través.
El universo, esa basta negrura llena de silencio... en la que las reglas de la vida terrestre son ajenas, extrañas, alienígenas. Anecdóticas. La inmensidad del universo nos acoge y acepta sin advertirnos. Y ahí vivimos distraídas, dando vueltas, soñando el sueño de la vida.
Pero son los círculos que damos rodeando al Sol los que marcan el curso de los días y las horas. Unas veces nos toca el lado luminoso y calentito del planeta, y otras, el frío. El clima, las estaciones y sus ciclos nos recuerdan dónde estamos. 🌎
El clima nos une e iguala, porque de nada sirve ser alta o baja, flaca o pobre o rica o lo que sea, cuando viene una ola gigante, una nube negra, un diluvio o un Sol de justicia.
Las estaciones son el motor del mandala astrológico y del calendario. De ellas depende la disponibilidad de alimento, la duración del día y los cambios del paisaje que nos acoge; los ciclos de las plantas, los frutos y los animales, y también, naturalmente, nuestro estado de ánimo.
Claro que las estaciones andan medio escacharradas, y todas sabemos por qué. ¡Algo me dice que la Tierra no nos extrañará del todo, cuando no estemos! Para siempre le quedará la cicatriz de habernos acogido.
No es una cicatriz de muerte, tampoco, porque la Tierra nos sobrevivirá. La Tierra seguirá su viaje mucho, mucho tiempo después de nosotras, hasta que algún día estalle el Sol y quede pulverizada hacia un nuevo comienzo. ¡Puf!
Entonces... aunque en nuestro mundo prime el dictamen del individualismo y la propia importancia, somos parte de un ecosistema. Y desde este punto de vista, nadie sería más importante que una nube, un soplo de aire, un pájaro o un hongo. Todo sería expresión de una misma cosa.
Así que el dolor de la tierra, el mar y los árboles; la confusión de los animales que ya no hallan bosque, los corales que empalidecen y quedan esqueleto... Cada pequeño drama desestabiliza al medio que nos alimenta, que nos anima y que nos vive.
Incluso la desaparición del ser más pequeño es una pérdida irreparable, como un pelo que se cae, pesado como el plomo, o una emoción que se congela en el pecho y altera la respiración.
¿Cómo no va a haber desórdenes de la salud mental cuando normalizamos asfaltar y barnizar de muerte nuestro entorno, arrancar nuestras raíces del micelio y plantarnos en un tiesto plástico? Cada cual en su maceta. Las horas de riego y de luz y de noche, medidas con un cronómetro implacable, medio arbitrario. ¡Y a competir por un minutito extra a cielo abierto!
No, no. Tenemos que volver a saber que somos parte. Cualquier jerarquía o diferenciación son una ilusión. Tenemos que recordar que nuestra raíz no está hecha para dar vueltas sobre sí misma en un sitio chiquito, sino para enredarse de forma indiferenciada con todo lo demás. Y para alimentar de vuelta al suelo que nos alimenta.
Feliz solsticio, chichis, y felices fiestas! 🪸💗🌲
Hermosa reflexión Ava!!! Gracias y felices festividades para vos también!!
ResponderEliminarGracias!!!!
ResponderEliminarGracias por nombrar y sostener la memoria. Me alegra el cuore leer tus reflexiones y sentirme identificada, saber que no estamos solas con nuestros sentires, que no soy solo una maceta, somos un bosque🌿♥️🫂
ResponderEliminarEXCELENTE como todo lo que publicas, DESDE ROSARIO ARGENTINA
ResponderEliminarEXCELENTE como todo lo que escribes AVA
ResponderEliminarInfinite graciasss,que tu sea benedicta
ResponderEliminarGracias por compartir la reflexión, la conciencia colectiva debemos ponerla desde ya en práctica.
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