Hola chichis!!! Amo echarme a andar y descubrir rinconcitos inspiradores aquí y allá. El otro día estaba en un descampado lleno de viento y arena, y me saltó el estribillo de Daydreamer, una canción de Aurora, que dice:
"When I'm restless, put me under the night life stars. And I will feel grounded".
Cuando estoy inquieta, ponme bajo las estrellas de la noche, y me sentiré enraizada. Me pareció más que hermoso, y me hizo reflexionar mucho sobre el sentido de pertenencia, la noción de hogar y lo que, en definitiva, nos calma.
El hogar no tiene por qué ser una casa, o una relación, o una comunidad. Puede ocurrir que no tengamos ninguna de esas cosas, que nos hayamos echado a los caminos o a la mar, y aún podríamos sentirnos en casa en esos momentos mágicos en que podemos recordar nuestra conexión con el misterioso origen de la vida, con la poesía, con la casa que es este pequeño planeta azul arropado por una interminable marea de estrellas.
El lugar donde descansa el corazón, la sábana de astros que nos guía y arropa, la Luna que abrazamos desde niñas cada vez que estamos con nosotras mismas, es nuestra casa. Y es para siempre. Siempre nos quedará el aire, la arena, el mar, las olas que acarician a los cangrejos. Y la promesa de los ciclos que vienen y van, las ruedas que suben después de bajar, las nubes negras que se hacen lluvia para alimentar otro nacimiento.
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Cualquier lunación en Cáncer nos lleva a la matriz, al misterioso lugar interior donde gestamos mareas íntimas de emoción, rizos de la psique y halos de otros tiempos y otros mundos que no se tocan, pero se sienten.
La noche del 5 al 6 de julio la Luna se unirá al Sol en el 14º de Cáncer, su propio signo. Esta noche oscura en la que los planetas hablan bajito es perfecta para descansar, alimentarnos de lo que nos hace bien y atender con todo el mimo del mundo el flujo de los pequeños ciclos de la vida.
El cuerpo, las emociones y los afectos nos guiarán mejor esta noche, dándonos sosiego. Como si, al menos un ratito, pudiéramos remar en una barca tranquila lejos de la orilla. Contemplar los reflejos en las aguas transparentes, y regresar a la ciudad solo cuando estemos listas: cuando tengamos amor para ello.
Venus, muy cerca de las luminarias, hace cuadratura a Quirón, pero se prepara para salir ya de su viaje invisible por el inframundo (10Jul), abriendo un nuevo ciclo en nuestra forma de amar, unirnos y conectar.
Eso sí: Mercurio sigue en Leo, en oposición a Plutón. El mayor desafío será mantener la mente abierta y flexible, ya que tendemos a fijar ideas que desoyen las posibilidades de revitalización que presenta una experiencia. Igualmente, la comunicación o los encuentros pueden ser más densos, especialmente si sentimos que requieren tacto o astucia, o si no sabemos cómo responder ante un tema sensible.
Pero, sin duda, el aspecto más destacado de esta lunación es el gran séxtil que forman el Sol y la Luna con Marte y Saturno: una figura llena de posibilidades, que podría hacernos sentir que *es el momento*: que estamos listas para impulsar algo que parecía muy difícil en abril, y que en mayo pudo requerir mucha energía. ¿Qué te limitaba? ¿Qué te estás atreviendo a realizar?
El ciclo que iniciaron Marte y Saturno durante la temporada de eclipses está expresándose de nuevo. Esto se trata de abrir paso a un deseo afincado en motivaciones legítimas; un deseo que hemos madurado con tiempo y paciencia, del que hemos contemplado todas las facetas y posibilidades.
En este caso, la sensibilidad propia del novilunio en Cáncer revela el impacto positivo que podría tener realizar esos propósitos a nivel emocional, vincular y, tal vez, comunitario.
Dentro de seis meses (13Ene), la Luna se llenará en el 23ºCáncer, dando culminación a un presentimiento de estos días. Sueños, deseos, propósitos… nos convidan, este semestre, a brindar por lo que nos mueve en el día a día. Y a honrar todo aquello que nos sostiene y mantiene enraizadas.
Feliz Luna Nueva!
Cada vez más nítida..salud! Está luna concreta todos los sueños o los señala..
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