Hola chichis!!! El 21 de enero es Luna Nueva: las luminarias se unirán en el primer grado de Acuario, formando aspectos de lo más interesantes. ¡Tenía muchas ganas de hablaros de esta lunación! El comienzo de Acuario ha sido una zona muy sensible estos últimos años, y muy pronto será el escenario de un gran cambio de paradigma.
Así que, de entrada, y de acuerdo a la tónica acuariana, esta lunación anticipará un ápice de futuro que estaremos descubriendo los próximos seis meses. Una vieja historia se está cerrando. Una nueva historia está por comenzar. Esa sería la descripción más breve y precisa de este novilunio. Vamos a analizarlo poco a poco, porque el clima astral está empezando a cambiar radicalmente! ¡Esto se siente inquietante!
¿Qué necesitas?
Algunos de los temas destacados de esta lunación conciernen a las amistades y grupos sociales, al conocimiento y la especialización, a los ideales y nuestra forma de compartirlos, a los proyectos y a la articulación de los polos individualismo/colaboración o libertad/compromiso.
Toda Luna Nueva es un cierre y comienzo de ciclo, en el que sentimos inclinación por bajar el ritmo, mirar hacia dentro e identificar necesidades que nos resulta imperioso satisfacer para estar a gusto.
En este caso, al darse en Acuario, se trata de necesidades más bien aéreas relacionadas con la casa de nuestra carta en la que caiga el grado 1 de Acuario.
¿Necesito comprender una situación desde otro punto de vista? ¿Aprender algo nuevo, simplificar y reestructurar ideas, ajustar moldes mentales? ¿Necesito más libertad y espontaneidad, o más organización y estructura? ¿Necesito estabilidad, o más bien necesito sacudirlo todo para romper la rutina?
¿Necesito innovar, sembrar proyectos diferentes? ¿Compartir algo que me interesa con las demás? ¿A qué comunidad contribuyo? ¿Qué necesito para que mis relaciones sociales y amistosas funcionen? ¿Está naciendo un nuevo propósito o un nuevo ideal?
¿Cómo gestiono el consumo de información, las redes sociales, mi relación con la tecnología? ¿Cómo estoy gestionando los nervios o el estrés? ¿Hay alguna incoherencia o algún conflicto interno que me esté desgastando? ¿En qué asuntos necesito claridad?
De un modo u otro, lo que iniciemos ahora estará potenciado por una serie de eventos planetarios muy singulares que se darán a partir de marzo, y que en los próximos seis meses crecerán para cambiar nuestro panorama. Así que aprovechemos el momento para sembrar cambios.
Los astros en movimiento
Para entender de qué se trata esta Luna Nueva, hay que observar lo que pasa días antes y días después. Los astros siempre forman parte de una historia mayor, y es revelador comprender de dónde vienen y a dónde se dirigen, a pesar de que en una carta estén aparentemente congelados en una foto estanca. Cada planeta está desarrollando un camino propio, en conversación con los demás. Y cada uno de ellos tiene algo que decirnos.
Efecto Plutón
Días antes de este novilunio, las luminarias se cruzaron con Plutón, y aún estando ya en Acuario, continúan en conjunción con él. Esto habla de un comienzo que estamos elaborando ahora, después de haber pivotado obcecadamente en torno a algún asunto denso. Tal vez vengamos de resistir durante mucho tiempo algo que nos ha sumido en un cierto desgaste, y ya estemos dispuestas a aceptar que debe irse para dar lugar a alguna alternativa.
Persistir ayuda en muchas ocasiones, pero no es una receta para todo. A veces simplemente hay que cambiar.
Sin embargo, el efecto de Plutón en conjunción al Sol y a la Luna puede generar aún cierta densidad y seriedad; cierto desasosiego. Tal vez estamos barruntando cambios que queremos emprender, pero aún de forma privada. Intentando que aún no sea visible nuestra intención de revolver las cosas. Es por eso que en este clima astral puede haber bastante suspicacia, anhelo de intimismo y confidencialidad.
Las cosas no serán, sencillamente, lo que aparentan. En este sentido, esta combinación también da cuenta de una renovadora intención de transparencia. Pero, tal vez, con la sensación de que una vez que revelemos lo que tenemos la intención de hacer, no habrá marcha atrás. ¿Tenemos miedo a que los cambios que deseamos hacer sean irreversibles? ¿Estamos por asumir un riesgo al intentarlo diferente? ¿Qué importancia damos a nociones como la inadecuación o la excentricidad?
Lilith: una cuestión de autopercepción
Otra cosa que contribuye a este clima complejo es que las luminarias hacen una oposición prácticamente exacta con Lilith, que está ya en los primeros grados de Leo. Eso quiere decir que la Luna se encuentra ahora en su perigeo, uno de los momentos que más favorecen el reconocimiento positivo de inercias y el triunfo sobre nuestros impulsos compulsivos. ¡La razón impera!
Pero no todo es un camino de rosas cuando Lilith entra en juego. Tal vez, en lo que nos proponemos iniciar, hay una sombra de duda relacionada con nuestra imagen personal, y sobre todo, con la imagen que proyectamos de cara a otras personas.
¿Qué nos estamos planteando hacer visible? ¿Qué dice de nosotras eso que nos proponemos cambiar? ¿Qué estaríamos comunicando al emprender nuestra pequeña revolución personal?
Si Acuario es el signo de las sorpresas, en este caso parece que para sorprender a otras personas tenemos que asumir también la posibilidad de sorprendernos a nosotras mismas dando ese giro que necesitamos, incluso si eso supone desafiar las nociones con las que nos hubiéramos descrito previamente. Pero también, en esto, hay otra cosa: ¿tenemos miedo de perdernos a nosotras mismas en el proceso de experimentación? ¿Por qué habríamos de aferrarnos a lo que ya hemos sido antes? ¿Qué asuntos tememos sacar del armario? Esta Luna Nueva es para atender a eso que nos diferencia.
La gélida inseguridad ante lo extraño
Ahí es donde la inseguridad y el miedo entran en escena. Al fin y al cabo, Venus se está acercando a Saturno en Acuario. Algo que conocíamos y controlábamos bien está empezando a mostrar sus carencias. Podríamos pensar, incluso, que hay cierto grado de frustración con la costumbre, que está pidiéndonos cambiar cosas que antes habían sido valores centrales en nuestras estrategias.
Aquí necesitaremos lidiar con las autoexigencias para darnos el tiempo y el espacio de probar otras cosas diferentes a las que llevamos haciendo durante años.
Pero, naturalmente, podríamos temer perder seguridad en el proceso. Por ejemplo, las conjunciones de Venus y Saturno inclinan a preocupaciones económicas o miedo a perder una fuente de recursos que nos había sido conocida. O a un enfriamiento o distanciamiento a nivel afectivo, donde tal vez nos estemos preguntando con quién podemos contar para materializar algo que nos parece prioritario.
Pero también podríamos sorprendernos inmersas en un montón de inseguridades que llevaban sin visitarnos bastante tiempo. La puesta en duda de capacidades y competencias está ahí. Estos aspectos podrían sentirse como una cantante que teme quedarse sin voz, o una jefa que se siente bloqueada y ya no sabe más cómo proceder, o como una profesora que de repente siente inquietud al exponerse ante sus alumnas, o como una persona que empieza a sentirse desconectada y ajena cuando queda con sus amistades de toda la vida.
Algo conocido, que dominábamos y hacíamos o disfrutábamos con mucha facilidad previamente, ya no está funcionando igual. Ya no se siente fluido, y suscita extrañamiento. Ya no es placentero, o se muestra a medio fuelle. La necesidad de cambio es consciente y profunda, con este novilunio plutonizado. Pero en este proceso de cambio cabe el temor a estar entrando en un proceso de transformación demasiado heavy, que lleva nuestra estabilidad a un escenario precario.
Intención enajenada
Esto tiene que ver, también, con que Mercurio y Marte ya se encuentran directos por fin, después de haber retrogradado a la vez durante varias semanas. ¿Cómo sentisteis eso? ¡Fue muy pesado tenerlos a ambos retro a la vez!
Estoy segura de que muchas personas vienen de replantearse seriamente sus acciones, sus objetivos a futuro, su gestión del tiempo, el trabajo y las responsabilidades. La sensación de estancamiento, la dificultad para direccionar la energía, el cansancio, la dejadez... en fin. No me extrañaría que haya sido un tiempo de procrastinación y postergación que haya minado nuestra confianza o motivación en ciertos aspectos.
Pero, progresivamente, ese clima pesado con el que comenzamos el año se ha ido transformando en otra cosa. Precisamente, el 12 de enero Marte entró directo en el grado 8 de Géminis, y el 18 de enero, días antes de esta lunación, fue Mercurio el que entró directo en el grado 8 de Capricornio.
Entonces, sí, podemos cantar victoria esperando que las cosas vuelvan a avanzar poco a poco. Pero aún Mercurio y Marte se encuentran algo parados; aún están clavados como un pin en los grados donde entraron directos. Y, para más inri, ¡dibujando un quincuncio entre sí! ¿Qué quiere decir esto?
Venimos de un tiempo de profundas y serias reflexiones, donde quien más, quien menos, hemos estado reelaborando intereses, formas de intercambio, propósitos y prácticas.
Sin embargo, a pesar de que el deseo de sacudirnos el polvo y avanzar emprendiendo ajustes muy necesarios, existe cierta desconexión entre lo que pensamos y lo que hacemos. Resulta difícil canalizar las ideas hacia la acción. La incoherencia o la enajenación de vernos haciendo lo de siempre cuando internamente tenemos bien claro que no va a ningún sitio puede estar generando mucha irritación y, desde luego, mucha tensión. Si ya sabemos que hay cosas que no nos encajan, ¿por qué seguimos haciéndolas?
Es posible que ya no nos reconozcamos como antes en lo que hacemos.
O que hayamos perdido el interés, y algo se sienta como si estuviéramos arrastrando una roca pesada porque algún día lo decidimos así, sin creer ya, internamente, que vaya a ser constructivo. Porque a nivel interno, con las luminarias junto a Plutón, el cambio de fase se siente irreversible e inminente. Y por mucho que queramos postergarlo, llegará.
Entonces, ¿cómo gestionar esta incomodidad que representan Mercurio y Marte? Bueno, ¡intentemos salir del piloto automático! Y, especialmente, seamos prácticas. Si nuestra cabeza está siempre en ebullición, pensando y repensando ciertas cosas, y ya el ajetreo genera tanta espuma que no nos deja respirar, permitámonos parar la acción, respirar conscientemente, o descargar tensión haciendo algo dinámico y físico que regule las revoluciones mentales.
Obviamente, en más de una ocasión las personas necesitamos realizar tareas que no nos motivan, porque son nuestra responsabilidad, y en nuestra auto-regulación y disciplina hemos basado la sostenibilidad de nuestra vida adulta. Pero si la enajenación o la frustración están pasando factura, lo que nos dice esta lunación es que siempre hay alternativa. Pero que no tenemos que ir a por ella ya, podemos darnos un tiempo para hacer la transición, ir cerrando lo que nos hace mal y regenerar cómo vivimos las cosas, poniendo nuestra energía en otro lugar.
El nuevo paisaje se presiente
Acuario es un signo futurólogo por excelencia: espera tanto de lo que puede lograrse de cara a futuro, que es como tener un ojo puesto en el presente y otro en el porvenir. Pensemos que, en menos de dos meses, Saturno y Plutón van a cambiar de signos. Eso es muy fuerte, y es lógico que ya estemos impacientes por saltar a otra cosa, porque gran parte de los procesos más importantes que hemos venido realizando los últimos años están llegando ya a un cierre.
En este panorama, nos tocará confiar en que los cambios necesarios están llegando. Porque el primer paso para cambiar las cosas es identificar nuestra intención de hacerlo.
Y eso es lo que nos revela esta Luna Nueva. Que, por cierto, también hace cuadratura (aunque un poquito abierta) a los Nodos Lunares. Eso quiere decir que estamos justo en medio de dos temporadas de eclipses. Nuevamente, este aspecto a los Nodos es un indicador de que ya hay algo que se va, y hay algo que empieza.
Algo se está cocinando lentamente para incidir en nuestro sentido de dirección. Además, otro tema que ha sucedido estos días es que los Nodos ya han atravesado el umbral del grado 10, y eso quiere decir que han cambiado de decanato.
Hasta ahora, por ejemplo, el Nodo Norte había estado en el segundo decanato de Tauro, que inclina más a analizar nuestras bases de seguridad, y a pensar en nuevas formas de gestionar nuestro universo práctico. Pero ya en el primer decanato de Tauro, el Nodo Norte inclina más a la realización personal, al disfrute y a la valoración de lo que nos importa.
A pesar de que esto se preste a muchos niveles de lectura, ya podríamos decir que las cosas están claras, ya sabemos qué hay que hacer para fortalecer nuestra sostenibilidad y dignidad, y ahora empezaremos a disfrutar de los resultados de un largo proceso de renovación en el que estuvimos inmersas parte de 2021 y todo 2022. Aquí, yo lanzaría esta pregunta:
¿Cuánto es suficiente para impulsar lo que llevas años proyectando? ¿Tal vez, ya tengas todo lo que es necesario para probar?
El fin de la cuadratura Saturno-Urano
Y aquí llegamos a lo que estaba deseosa de anunciaros hoy, por fin. ¡Se acabó la cuadratura de Saturno y Urano! Llevamos años hablando de ella, y ya no está. O, para ser precisa, aún se seguirá notando cierto eco de esa cuadratura, aproximadamente un mes más, hasta que Saturno salga de Acuario. Pero ya está a diez grados de orbe, y no se repetirá más.
Esta cuadratura desencadenó importantes procesos de desestabilización, contradicción y tensión en nuestras vidas personales y en nuestro contexto. Nos llevó a escenarios disonantes, disruptivos y complejos, en los que poco a poco los deshicimos de algo que había sido muy normal, para trazar insospechadas posibilidades a futuro.
Y ya está: esta lunación es la primera que se da sin ese peso. El fin de la tensión Saturno-Urano es crucial para comprender esta Luna Nueva, porque ambos rigen al signo de Acuario. Y son el verdadero fondo astrológico del clima en el que nos encontramos.
Saturno se libera de la inestabilidad uraniana. Y Urano se libera de la restricción saturnina.
Y eso quiere decir que por fin ambos planetas recuperan la dinámica que les caracteriza sin tener que mediar necesariamente con su contraparte. Es masivo lo que esto puede suponer en nuestra carta.
Saturno vuelve más fuerte
La zona por la que transita Saturno en nuestra carta es un área en la que repentinamente podríamos sentir la necesidad de ordenar y estructurar mejor las cosas. Es una zona en la que, después de mucha tormenta, toca recomponer el espacio y gestionar de nuevo los tiempos de una forma más intencionada y regular.
Eso, sumado a que Saturno ya está transitando el final de Acuario, nos lleva a un escenario donde por fin nos sentimos en disposición de materializar ciertas cosas que se resistían a tomar cuerpo. Saturno tiene luz verde, ya, para resultar constructivo y granjear resultados que compensen verdaderamente a nuestros esfuerzos.
En este sentido, Venus rigiendo al Nodo Norte y acercándose a Saturno también ofrece la posibilidad de que materialicemos, por fin, algo que llevamos intentando hacer cuajar desde finales de 2021. Por supuesto, lo mejor ahí es recordar que Saturno no es un planeta de soluciones mágicas ni inmediatas. Es un planeta perseverante y paciente que nos pide estrategia y cabeza fría.
¿Esto es lo que te gustaría construir? Bien, ¿cómo vas a lograrlo?
De aquí al 7 de marzo, cuando Saturno abandonará Acuario definitivamente, podemos avanzar mucho en la consolidación de esas estrategias y prácticas que nos ayuden a progresar en la línea más conveniente.
Observa, en tu carta, cuál es la casa en la que cae el final de Acuario. ¿Has notado recientemente algún cambio ahí? Tal vez hayas experimentado un súbito arranque de organización, realismo o control en esa área. ¿Qué propósitos has estado planteando ahí recientemente? Si perseveras en ellos, estos próximos meses prometen logros considerables.
Urano cortocircuita de excitación
Mientras tanto, Urano se libera también del freno que le ha estado imponiendo Saturno todo este tiempo. Y eso sí se puede sentir increíblemente inmediato. Es como si hubiéramos estado mucho tiempo pisando el acelerador con el freno de mano puesto, y de repente quitáramos el freno.
Aun si el motor quedó medio quemado, eso va a saltar.
Bien, pues sumemos a esto que, además, el 23 de enero Urano va a entrar directo en el grado 14 de Tauro. Solo unos días después de esta Luna Nueva en su signo.
Eurekas, serendipias, ideas geniales, rayos iluminadores y sorpresas emocionantes vienen a freírnos el cerebro de nuevo con una alta dosis de impaciencia o tensión. Es una tensión potencialmente dinamizadora y entusiasta, que va a sacudir un montón de cosas que habíamos estado viviendo en bucle, para abrir camino a algún giro.
Pero también vamos a necesitar discernir, recordando aquel viejo lema de que más vale pájaro en mano que ciento volando. Porque Urano desatado y libre puede fácilmente hacernos perder centro una vez más.
Modular de nuevo nuestra relación con Saturno y Urano
Si, por un lado, Saturno desconectado de Urano recupera su tónica predecible e incluso un poco aburrida, llevándonos a cuestionar, tal vez, por qué algo que nos entusiasmaba mucho se siente de repente llanamente funcional, Urano desconectado de Saturno recupera su tónica encendida y errática, generando, una vez más, cierta desconexión entre nuestras altas ocurrencias e ideas y el curso de lo que cabe realmente en la realidad.
En otras palabras, la zona Acuario de nuestra carta puede parecernos algo más aburrida y metódica ahora, desprovista de algún ideal que antes la movía, mientras que la zona Tauro de nuestra carta estará llevándose todo el foco de excitación, generando altas expectativas de cambio que, sin embargo, resulta difícil poner en práctica, porque no atienden tanto al proceso de articular los tiempos, espacios y recursos necesarios para su materialización.
Lo que resulta de ello es que podríamos sentir la necesidad de modular de nuevo nuestra respuesta ante este cambio de atmósfera. Necesitaremos volver a ajustar el ritmo con el que gestionamos esas áreas.
Mientras perdemos suelo firme bajo los pies en la zona Tauro, estallando de impaciencia por un montón de ideas y alternativas que es difícil ordenar, podríamos estar perdiendo proyección y motivación en la zona Acuario. No pasa nada, tampoco.
Nos estamos reacostumbrando a volar ese cielo y a caminar esa montaña rocosa que llevábamos años sin visitar así. Nos estamos reacomodando. Así que démonos tiempo y espacio para adaptarnos de nuevo.
En esta Luna Nueva, regida por Urano estacionario, hay algo muy intenso que se ha acumulado y que pugna por salir. Se trata, tal vez, de que ya sentimos que ha llegado el momento de actualizarnos, hacer cambios de enfoque y confiar en las vías alternativas de progreso, para orientarlas por fin a su realización.
Coraje para cruzar esa puerta
Y aquí llegamos al último punto que quería compartir sobre este novilunio: Júpiter. Júpiter en Aries está encabezando un interesantísimo gran séxtil, formado por las luminarias y por Marte en Géminis. Como cabeza del gran séxtil, Júpiter actúa como picaporte en una puerta de oportunidad que nos abre a una radical renovación.
Es curioso, además, que Júpiter ya estuvo en esa zona de Aries en torno a junio de 2022. Si en aquel momento estabas planteando visiones, planes o iniciativas de renovación que requerían de cierta valentía, energía y confianza, ahora llega un potente segundo capítulo de esa historia. Tal vez fuera algo que pusiste en duda o desoíste en torno a septiembre u octubre. Pero eso ya está listo para comenzar.
Naturalmente, por los arquetipos involucrados, este gran séxtil del que forman parte las luminarias inclina a emprender nuevos procesos de aprendizaje e integración, a difundir y hacer visible eso que nos importa, a direccionar nuestras creencias y filosofías de vida, o a responder ante las circunstancias con un fuerte sentido ético, a la búsqueda de coherencia. Pero, ante todo, esto tiene que ver con darnos permiso para flexibilizar viejas rigideces y emprender otros caminos. Otras aventuras.
Estamos ante un incipiente comienzo de etapa. No nos preocupemos en exceso por dejar atrás, momentáneamente, los compromisos que nacieron en otras circunstancias.
Como veis, esta Luna Nueva está bien acompañada. Cada uno de los planetas se encuentra en un punto de inflexión dentro de la historia que venían desarrollando. Es lógico, entonces, que nosotras también estemos inquietas. Preguntando qué vamos a encontrar una vez que nos decidamos a dar los primeros pasos. De una forma u otra, nuestro futuro es permeable, ahora, a moldearse distinto. ¡Aprovechémoslo!
Feliz Luna Nueva, chichis!!! Un abrazo gigante!
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