Hola chichis!!! Hacía años que Júpiter no visitaba el signo de Aries. De hecho, la última vez que estuvo allí fue en 2010-2011. Y aunque ahora las circunstancias son muy diferentes, tal vez algunos temas jupiterianos que vivimos aquellos años regresen de algún modo. Este no es un tránsito sutil. Viene rojo, fosforescente, ruidoso. A remover las telarañas.
Júpiter estará en Aries desde el 10 de mayo de 2022 hasta el 16 de mayo de 2023, con un breve paréntesis entre el 28 de octubre y el 20 de diciembre de 2022, en el que regresará a Piscis. Mientras Júpiter esté en Aries será un tiempo espectacular para comenzar estudios, empezar a escribir un blog o un libro, hacer planes de ejercicio, buscar otras oportunidades, viajar, tomar decisiones con implicaciones a largo plazo o poner en claro nuestros deseos y motivaciones.
Cuando miremos atrás, veremos que este fue el año en que hicimos, logramos o impulsamos algo muy innovador dentro de nuestra historia de vida. Y, si no está asegurado que sea el año del gran triunfo, sí será el año de la gran batalla, invitándonos a transitar alguna aventura épica y memorable que ejemplifique nuestra valentía y coraje ante alguna cosa.
¿De qué va Júpiter?
Júpiter es el planeta más grande de todos, y representa todo lo relacionado con el crecimiento, el desarrollo y la expansión de horizontes. Lo relacionamos con nuestra visión ante la vida, y con todo aquello que contribuye a ensanchar nuestras miras hacia la tolerancia, la apertura y la generosidad. Como, por ejemplo, los estudios, los viajes, el encuentro y la celebración. También es el planeta de la ética y las leyes.
Júpiter habla de la aventura del intercambio. De hallar sentido de dirección en cualquier cruce de caminos. Como planeta brújula, nos invita a forjar nuestras creencias, filosofías y universos simbólicos, y también puede llevarnos a mostrarnos obstinadas en una verdad particular que, de parecernos tan luminosa, nos ciega.
De ahí que también represente la pompa, el exceso o la obcecación que nos lleva a hacer apología de ciertas ideas inflexiblemente. Júpiter es el planeta de la tolerancia, y también del prejuicio. Dos caras de la misma moneda.
La forma en que nos relacionemos con Júpiter, o con nuestro conocimiento y carácter visionario, depende en gran medida del signo en el que esté y de los aspectos que forme.
Lejos de ser simple y llanamente el modelo de gran benefactor que se le atribuyó tradicionalmente, siendo un planeta de luz también puede ser un planeta de sombra.
Por eso, con Júpiter, es mejor recordar aquello de que solo sé que no sé nada. La gente más sabia es la que se interesa por preguntar y buscar más allá de su verdad, antes que aquellas personas que repiten para siempre las mismas respuestas. Y cada vez que Júpiter cambia de signo, es el momento de hacer preguntas distintas y transgredir los límites de nuestras creencias arraigadas, para abrir la mente y explorar otra forma de sabiduría.
De Piscis a Aries
Júpiter en Piscis evoca la sugerente imagen de la ruta de la seda, en la que gentes de diversas procedencias intercambian narraciones en parajes exóticos, lejos del hogar, para escucharse, aprender lenguas y absorber mitos y creencias de culturas lejanas.
Júpiter en Piscis era una invitación a disolver los muros de nuestras verdades para realizar grandes preguntas: preguntas que, más que responderse, se recorren como un misterio. Con Júpiter en Piscis, el viaje mismo de la vida sería una fuente de sabiduría; de un saber que no se impone, que no se define, sino que se intuye mezclado de confusiones, laberintos y destellos de inspiración.
Ahora que Júpiter entra en Aries, esta tónica cambia sustancialmente, porque Aries y Piscis no tienen nada en común. Ya hablamos en alguna ocasión sobre la trascendencia de esos graditos que separan a estos dos signos.
El último grado del zodíaco, el grado 29 de Piscis, es uno de los puntos más misteriosos de la rueda astral: el mar en el que desembocan todos los ríos, que es final y es fuente. Es un punto en el que se concentra la clave del conocimiento astrológico, porque ahí el final de ciclo es inseparable de la gestación de un nuevo comienzo.
Y el grado consecutivo, el grado 0 de Aries, es ya un punto de ruptura con los viejos caminos. Representa un renacimiento fresco, renovador, que nos arranca el peso de la memoria para impulsarnos hacia delante.
El río Lete
En la mitología grecolatina, cuando una persona moría y llegaba al Hades, encontraba allí dos ríos. Uno era el río Mnemosine, cuyas aguas permitían recordarlo todo y alcanzar la omnisciencia. El otro era el río Lete, cuyas aguas producían el olvido total. Se decía que las almas bebían del río del olvido antes de volver a encarnarse.
Algo que extraemos de este bello mito es que, para volver a comenzar, a veces hace falta dejarlo todo atrás. Y muy especialmente dejar atrás las complejidades y sensibilidades de lo que fue. Simplificar las cosas. Desplazarnos del pasado y creer en los nuevos comienzos.
En Piscis nos sumergimos en la memoria, la intuición, el ruidoso limbo onírico de nuestro interior, y la marea abrumadora. Si estamos sumergidas en el fondo del mar, el peso del agua dificulta el movimiento y la apnea puede resultar sofocante. La vida necesita respirar, y no podemos estar sumergidas en un estado contemplativo para siempre. La rueda de la vida sigue, y el mar de emociones que nos tragó siempre termina por devolvernos a la vida. Así que se terminaron las renuncias, las contemplaciones y latencias.
En Aries nacemos al presente, a la acción, a la ligereza ágil que podemos compartir con los animales, sin la interferencia del lenguaje, el pensamiento o el tejido emocional.
Aries es una chispa fugaz que enciende el deseo de vivir. El motor que nos alienta a transitar el resto de los signos. Sin el estorbo de las experiencias pasadas. Sin el estorbo de inquietudes futuras. Es nuestra vitalidad estallando en un acto de autoafirmación decidido, focalizado y fuerte.
Hay un capítulo de Rick y Morty que me viene a la mente con esto. Para quienes lo conozcáis la serie, es de ciencia ficción. En el episodio, Morty, que es un adolescente lleno de inseguridades y bloqueos, va a un centro de detox intergaláctico, donde sus miedos, vulnerabilidades e inseguridades toman vida propia y son desechados, lejos de él.
A partir de ahí Morty actúa con total confianza en sí mismo, se atreve a hacer cosas, se muestra carismático y llega rápidamente al éxito. En realidad, toda la trama es más una parodia que una apología del coaching, ya que se burla bastante de nuestro modelo de éxito o del triunfo.
Pero la entrada de Júpiter en Aries nos remite a algo así. Sacudimos y dejamos atrás, en el último grado de Piscis, las complejas sensibilidades que nos trababan, y vamos en línea recta hacia algo nuevo.
Con confianza, creyendo en lo que hacemos. Aventurándonos al camino a través de la acción, encontrando en la prueba y el intento a los mejores maestros. No creo que debamos esperar, como en la serie, un progreso fácil a nuestros deseos. Pero sí el desarrollo rápido de algo nuevo, que tal vez no nos hubiéramos atrevido a intentar en otro momento.
No lo intentes: hazlo
Júpiter en Aries nos lleva a expresar de forma más clara y confiada nuestros deseos e impulsos. A veces, intentarlo nos lleva a donde queremos. Y a veces no. Pero si algo tiene Júpiter en Aries es que, si nos arriesgamos a tomar alguna iniciativa y no va bien, favorece que encontremos rápidamente otras formas de hacer las cosas.
Pensemos en la forma en que aprendemos a dominar nuestro impulso y el control de nuestro cuerpo a través del deporte. Cuando una niña está aprendiendo a hacer el pino o a hacer la rueda, es posible que no le salga a la primera, pero lo disfruta jugando a intentarlo hasta que lo hace. No podría explicar cómo lo hace. Lo hace. ¿Cómo? Intentándolo hasta que salga. No hay otra posibilidad.
Júpiter se encuentra a gusto en los signos de Fuego. Y estando en Aries, vamos a tener un chute de motivación, energía y ganas de poner en acción lo que sea.
Si lo que hacemos no funciona a la primera, lo seguiremos intentando. Porque esta no es una posición que desista fácilmente. Tiene mucho de autosuperación. De no apegarnos a los intentos frustrados, continuar buscando, probar de nuevo hasta conseguir, si no lo que nos habíamos propuesto, algo mejor.
Júpiter es el planeta de conocimiento, y en Aries, es el conocimiento que solo se puede adquirir y expresar a través de la acción. A través del atrevimiento. Es una posición que excluye la duda, el y si. Si una deportista cuestionara sus movimientos, o temiera ponerlos en práctica, podría bloquearse. Júpiter en Aries es cortar por la mitad nuestras reservas y abrir una puerta decisiva que podamos atravesar. Por el simple derecho a ser y a vivir nuestra propia historia.
¿Qué hacer con el conflicto?
En este tiempo, vamos a ver cómo proliferan el coaching, el deporte, los grandes gestos de valentía y liderazgo, y las luchas de gallos. Y también los conflictos. Porque, naturalmente, si cada cual está forzando sus reservas y bloqueos para pisar fuerte, la competitividad también estará en auge. Y esa es la parte no tan bella de este tránsito.
Aries representa el deseo o el impulso personal para avanzar hacia delante. Y eso, que puede abrirnos muchas puertas, también puede llevarnos a confrontar la realidad de esos deseos que se muestran imposibles. Porque desear y hacer no siempre es suficiente para avanzar a donde queremos. Durante este tránsito será importante recordar que no todo depende de cuán fuerte luchemos.
Si Júpiter en Aries encaja con el arquetipo de la guerrera, habría que pensar que una maestra no se hace solo con victorias, sino también con la forma en que gestiona las derrotas.
Volviendo al ejemplo del deporte, tan ariano, una deportista ha de conocer sus límites. Pero Júpiter es, precisamente, el planeta que nos lleva más allá del límite. Así que si forzamos algo movidas por el deseo, podemos encontrar también la frustración o la ira si nos encontramos con un muro. Júpiter hace crecer las cosas, y también puede hinchar el enfado, la irritación, el conflicto o el carácter temerario.
Este es el gran: esta soy yo, quiero esto, esto voy a hacer. Este es tiempo de grandes iniciativas, pero también de grandes impulsos. De esos que nos llevan a hacer antes de pensar. Así que necesitaremos mantener la cabeza fría en algunas ocasiones.
Sabiduría animal
Como signo opuesto a Libra, Aries no atiende a segundas opiniones. No atiende a consejos. No atiende a pros y contras. No atiende a estrategias. Es un despliegue de energía brutal que arrasa con lo que esté en su paso para abrirse camino. No es una energía elegante. Si encontramos alguna puerta cerrada, Júpiter en Aries podría despertar en nosotras el impulso de sacar el hacha y romper la puerta a lo bruto. Muy especialmente dependiendo de los tránsitos de Marte, el planeta regente de Aries.
En otras palabras, si Libra es civilización, Aries pertenece al ámbito de lo salvaje. Aries es el avance por un territorio lleno de maleza, en el que nos tenemos que abrir paso a machetazos. No es un lugar para vestirnos con gestos delicados.
Es un lugar para desnudarnos, sudar, hacernos cuerpo; hacernos animal. Aries es nuestra inteligencia física.
La que nos hace agarrar un objeto que se cae o apartar la mano del fuego en un acto reflejo. Es un signo increíblemente poderoso. Porque representa aquello en lo que no hay lugar a la duda. El instinto afilado que salta a la acción.
Es el perro que salta para comerse al vuelo un trozo de queso. El lagarto que se esconde en menos de un segundo cuando detecta alguna vibración. El zorro que huele al ratón, la garra del oso que atrapa al salmón y la mandíbula de la orca cerrándose como un cepo sobre el cuerpo de su presa.
Simplificar el discurso
Ya no vamos a tener tanta paciencia para articular las ideas o para darnos el tiempo de argumentar y entendernos. Ahora nos veremos inclinadas a simplificar nuestro discurso. A hacer más simple nuestro modelo de pensamiento. Y eso, que a veces puede ayudar a despejar el ruido, también trae sus problemáticas.
Júpiter en Aries es: "esto es así". "Quiero esto". Y eso puede alentar la confrontación si nos encontramos con alguien que piensa diferente o que quiere lo mismo que nosotras.
Si Júpiter en Piscis es encontrarse con alguien de otra cultura y disfrutar del intercambio, o unir diferentes puntos de vista apoyando el discurso en la empatía, Júpiter en Aries podría ser poner primero el deseo personal y arramplar con lo que no encaje en nuestra verdad o en nuestro plan.
Un tiempo que, sin duda, puede traer grandes crispaciones y extremismos. Y sí, ya venimos de un tiempo de grandes crispaciones y extremismos. La diferencia es que ahora ya no solo los escucharemos como un discurso en el telediario o un hilo desafortunado en Twitter. Ahora los veremos en acción. Como véis, la amabilidad es el territorio de Libra, no el de Aries. Aries no es complaciente.
¿Qué hacer con la violencia?
Júpiter en Aries es un montón de energía que crece rápido, cuesta canalizarla y estalla. No da mucho tiempo a verbalizar. Creo que podemos ver, lamentablemente, más expresiones de violencia. De resolver diferencias a bofetadas.
Tal vez este sea el momento en que la ira de estos últimos años de shock busque expresarse.
Es estar hartas de tener que entender todo el rato un mundo excesivamente complejo. Es estar hartas de tener paciencia. Y liberar la mano hacia el gran bofetón para liberar la rabia. Obviamente, a nivel personal podemos gestionar eso mucho mejor. Porque podemos encontrar formas más asertivas de canalizar nuestro hartazgo o nuestra ira.
Pero la rabia unida al discurso simple suena peligrosamente a extremismos políticos de apariencia fácil y consecuencias complejas. Y al discurso políticamente incorrecto. A la cultura de lo rápido, lo inmediato y lo fácil. Y al poder de la más fuerte. Al primero yo, y no me hables de inclusión o diversidad, y que cada cual se busque lo suyo.
Júpiter en Aries puede complicar un poco las cosas en este contexto delicado. A lo largo de la historia vemos que no hay nada que no tenga consecuencias. Y lo que llevamos a cuestas estos últimos años se expresará ahora en forma de nuevos conflictos. Sé que no suena nada alentador, pero evitemos sacar conclusiones precipitadas. El mundo no es lo que era antes.
La humanidad puede sorprenderse a sí misma escogiendo, por una vez, otra forma de hacer las cosas que no pase por agredir a quien está en frente. Júpiter en Aries es típico de tambores de guerra, imperios, despliegue armamentístico y fiebres de poder. Pero no sobrecalentemos la atmósfera. Demos tiempo a la realidad para que busque su cauce. Y confiemos en la capacidad de la gente para hacer las cosas distinto en estas nuevas circunstancias.
Tal vez podamos esperar nuevas legislaciones relativas a los conflictos. Sea como fuere, con Júpiter ahí tendremos que dar dirección a los conflictos. Y tenemos la oportunidad de dar una dirección nueva a todo esto. Por partir otra flecha en favor de esta posición, también favorece que leamos el mundo con otros ojos. Que dejemos atrás el rencor. O las falsas creencias.
Que miremos de nuevo quién somos, qué estamos haciendo, y por qué. Puede ser un despertar ético en la cara misma del conflicto.
Si somos lo que hacemos, ahora podremos tomar conciencia de lo que significan nuestros actos, nuestros gestos y nuestros deseos. Júpiter en Aries es actuar según nuestras creencias. Pero también es aprender de nuevo. Cambiar el discurso radicalmente. Catalizar planes, visiones y creencias innovadoras. Hallar una nueva ruta o explorar una nueva dirección. Atrevernos a una nueva aventura que expandirá nuestro conocimiento de la vida. Más allá del miedo, la costumbre o la indecisión.
Cultura rápida. Cultura épica.
En definitiva, si el paso de Júpiter en Piscis nos inspiró, nos mostró nuestros sueños y anhelos y nos ayudó a cerrar capítulos del pasado, Júpiter en Aries favorece que tomemos grandes decisiones y acciones para superar definitivamente el pasado con la creación de una nueva historia.
Júpiter en Aries es una chispa muy pequeña que prende y termina creciendo hasta un incendio colosal. Es el emplazamiento de quien lucha por una causa.
Asociado a las grandes imágenes, símbolos e historias que forjan nuestra cultura, Júpiter en este signo nos va a traer otro marco desde el que comprender el mundo en el que vivimos y la dirección que seguimos en él.
Creo que podemos esperar grandes imágenes asociadas a la supervivencia. Grandes personajes que encabecen luchas y deseos colectivos. Grandes símbolos que nos motiven a mirar hacia delante. Nuevos mitos y narraciones épicas.
Y, también, cultura rápida. Grandes hits de hoy que se olvidan mañana. Mensajes virales de rápida caducidad. Discursos simples y directos, fáciles de tragar. Las imágenes de desnudos y el culto al cuerpo. Libertad sexual tras el encierro de los últimos años. Lo explícito antes que lo sutil. Grandes y espectaculares eventos deportivos. Historias de esta famosa que odia a la otra celebridad, y el auge de nuevas celebridades. Historias de gente que triunfó, emprendedoras y ejemplos de superación personal. Puede haber un repunte de la meritocracia y la fantasía de la movilidad social. O una exaltación de nuestro ser de las cavernas. Del deseo básico. Del grito liberador. De la fiesta brutal. De danzar con tambores alrededor del fuego y soltar el control.
Esta posición de Júpiter tiene algo, también, de ritual. De catarsis.
En los últimos años nuestra forma de entender el mundo cambió mucho. Venimos de un tiempo de muchas privaciones, y Júpiter en Aries va a ser el impulso de engullir de golpe todo lo que queremos y quemar rápido los deseos.
Además, aparte de todo lo que hemos visto, ahora veremos cuál es el nuevo modelo en temas como la educación, el mundo cultural, la edición y la difusión del conocimiento, la política, el mundo global, los viajes, las creencias. O, más bien, cuáles son esos modelos incipientes que luchan por dominar el panorama.
Y, como vimos antes, podríamos esperar choques culturales, políticos o religiosos muy fuertes, que veníamos presintiendo y ya se hacen explícitos. Especialmente considerando que Marte, el regente de Aries, va a pasar en el signo de Géminis una larga temporada, desde el 20 de agosto hasta el 26 de marzo de 2023. Podemos esperar debates encarnizados, puntos de vista divididos y confrontados que se cuestionan mutuamente. Polaridades.
Pero debemos recordar que Aries es el signo de la decisión. Y no deberíamos esperar a que el mundo nos pase. Nosotras podemos pasarle al mundo. Podemos elegir. Júpiter en Aries es saber que hay opciones.
Fechas clave de Júpiter en Aries
Júpiter entra en Aries la noche del 10 al 11 de mayo de 2022, y avanzará rápidamente hasta el grado 8 de Aries, donde entrará retrógrado el 28 de julio, justo unos días antes de que Marte y Urano hagan una conjunción exacta sobre el Nodo Norte. En ese primer estadio tendremos un primer sabor de asuntos que serán importantes a finales de 2022 y durante la primera mitad de 2023. Será el momento en que movilicemos un montón de energía hacia nuevas decisiones y comienzos.
Cuando Júpiter entre retrógrado el 28 de julio, estaremos revisando los deseos, decisiones e iniciativas que hayamos catapultado en mayo, junio y julio. Y es posible que nos veamos inclinadas a modificar la dirección que habíamos seguido, o que necesitemos reflexionar mejor en el significado de lo que estábamos haciendo. A partir de ese momento, y hasta el 28 de octubre de 2022, estaremos integrando lo realizado y tomando perspectiva.
El 28 de octubre, y en plena temporada de eclipses, Júpiter retro regresará a Piscis por última vez, donde se quedará hasta el 20 de diciembre. Ahí volveremos a los asuntos que marcaron los primeros meses de 2022, reconectando con la fuente emocional de nuestras motivaciones. También tendremos, en ese tiempo, una nueva aproximación de Júpiter y Neptuno en Piscis, por lo que podríamos esperar de nuevo un clima de búsqueda y exaltación emocional ante grandes temas colectivos.
El 23 de noviembre Júpiter entrará directo en el grado 28 de Piscis. A partir de ese momento, y hasta que el planeta abandone definitivamente Piscis el 20 de diciembre de 2022, estaremos ubicando con mucha más claridad lo que este planeta vino a enseñarnos en el signo de los peces.
A partir del 20 de diciembre de 2022, cuando Júpiter entrará por segunda vez en Aries, recorrerá rápidamente todo el signo, hasta salir definitivamente de Aries el 16 de mayo de 2023.
Comprendiendo este tránsito
Ya que Júpiter entra dos veces en Aries, una el 10-11 de mayo, y otra el 20 de diciembre, estas dos fechas pueden tener cierta resonancia entre sí. Alrededor de esos días podríamos esperar que se desarrolle algo grato en la zona de nuestra carta en la que se encuentra el grado 29 de Piscis, así como un nuevo impulso que resetee nuestras energías.
Por ejemplo, esos días pueden ser muy buenos para concentrar la confianza y la valentía necesarias para poner nuestros planes en acción. Pero evitemos la impaciencia. Especialmente porque el 10 de mayo Mercurio entrará retro, mientras que el 20 de diciembre tendremos a Mercurio a punto de retrogradar, y a Marte, el regente de Aries, ya retrógrado en Géminis.
Démonos un tiempo para planificarnos antes de actuar de forma impaciente o impulsiva, porque lo que hagamos puede mostrarse más complejo de lo que parecía. O algo que parecía sencillo y rápido puede resultar más lioso de lo previsto.
Curiosamente, Júpiter en Aries no va a formar cuadraturas exactas a Plutón en Capri. Porque la cuadratura entre ambos planetas se dará a finales de mayo del 2023, con Júpiter ya en Tauro, muy cerca del Nodo Norte, y Plutón ya en Acuario. Mayo de 2023 va a ser impresionante. Pero de eso hablaremos más adelante.
Además, hay otra cosa que yo tendría en cuenta. Y es que lo que aprendamos durante el tránsito de Júpiter en Aries va a ser fundamental desde que el Nodo Norte entre en Aries el 18 de julio de 2023. Del mismo modo, lo que movilicemos a nivel de creencias y culturas con Júpiter en Aries puede anticipar asuntos clave que vengan a desarrollarse con la entrada de Neptuno y Saturno en Aries, en 2026.
Júpiter es el planeta de la visión, y ahora podremos ver, si sabemos leerlo, todo un nuevo panorama que está naciendo y que marcará la dirección de los próximos años. Al fin y al cabo, de la misma forma que cuando el Sol entra en Aries es el inicio del año astrológico y podemos comprender mejor lo que podemos esperar el resto del año, cuando Júpiter entre en Aries podemos tener cierta idea del sentido que vamos a explorar en los próximos 12 años, que es lo que dura un ciclo de Júpiter.
¿Cómo afecta este tránsito a nuestra carta?
Si tenéis planetas o cúspides en los signos cardinales (Aries, Cáncer, Libra o Capricornio) este tránsito despertará grandes deseos de expansión e iniciativa. Si tenéis muchos emplazamientos en signos de Fuego, podría ser un año fantástico para crecer y actuar con confianza. Y si tenéis algún planeta en Aries podríais esperar un gran desarrollo de lo que representan en vuestra carta, y de las casas de vuestra carta que rigen esos planetas.
Además, por supuesto, habría que ver en qué zonas de nuestra carta cae Aries, porque será ahí donde estemos encendiendo nuevos deseos de resetear las cosas.
Ojalá podamos aprender mucho de este movimiento planetario. Que la fuerza os acompañe, chichis!!!
Un abrazo grande!
Excelente, Ava
ResponderEliminarMil gracias por tu publicación
Muchas gracias, es un placer leerte.muy completo como siempre 🙏
ResponderEliminarTiene sentido estar teniendo mucho miedo?
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