Hola chichis!!! En esta ocasión comenzamos el mes con Luna Nueva, el mismo día 1 por la mañana. Pronto hablaremos también de lo que trae abril, porque es un mes bastante especial. Por ahora, vamos a ver qué nos trae esta Luna Nueva en el grado 11 de Aries.
Cuando vi la carta de este novilunio, protagonizado por los signos de Aries, Piscis y Acuario, me vino una imagen a la mente: una exploradora que, habiendo llegado muy lejos en su aventura, sola en la noche gélida de la Antártida, enciende una fogata en su iglú. A lo lejos se escucharían aullidos de animales, tal vez, o simplemente el viento cortando la nieve.
Las imágenes y visualizaciones metafóricas son algo propio de la conjunción Júpiter-Neptuno, que está increíblemente activa, y aún continuará ganando presencia. ¿Os pasa también que para pensar ciertas cosas utilizáis más que nunca las imágenes? Ese es uno de los efectos de estos dos planetas en Piscis.
En cualquier caso, ¿por qué una aventurera sola, encendiendo una fogata en su iglú? Vamos a analizar la carta detenidamente y veréis de dónde sale.
El paisaje: la Antártida
Aries es un signo de Fuego, y ya tenemos asociadas a este signo un montón de palabras clave: acción, iniciativa, determinación, motivación, deseo, impulso, conflicto, lucha, valentía. Chispa. Calor. Y sí, una Luna Nueva en Aries siempre va a traer todas esas cosas. Pero ahora habría que tener en cuenta que Marte, el planeta que rige a esta lunación, se encuentra en Acuario. Y no esta solo.
Casi todo el mes de marzo hemos tenido una triple conjunción de Venus, Marte y Saturno en Acuario. Ha sido una unión planetaria bastante pesada y tensionante, que ha puesto a prueba nuestra motivación y ha limitado nuestros mecanismos de recompensa. Especialmente, si seguís otras cuentas de astrología habréis visto que se habló mucho de la precaria posición de Venus dentro de todo este conjunto, ya que ha estado hasta hace pocos días encerrada entre Marte y Saturno.
Una posición incómoda para todo lo venusino, que ha traído distanciamientos afectivos y presionantes cuestionamientos sobre nuestra economía, la calidad de las recompensas que obtenemos por nuestro trabajo, cierta apatía respecto a cosas que normalmente habíamos disfrutado, y una frustrante sensación de opacidad y poco brillo cuando se trataba de juzgar la apariencia de las cosas.
Esas tensiones empiezan a despejarse, ahora que Venus ya pasó por encima de Saturno y saltó definitivamente la muralla de contención en la que había estado atrapada.
Y es que ya tenemos, por fin, a Venus separándose de Saturno, respirando con más holgura.
Eso sí, ahora es Marte el que, viniendo de hacer la cuadratura a Urano, se está acercando a Saturno. Marte, recordemos, es el regente de esta lunación. Y acercándose a Saturno, dirige las iniciativas de la Luna Nueva hacia un horizonte complejo. Con todo, puede que ahora nos veamos a punto de comenzar un camino de nuevos compromisos y obligaciones, o nuevas responsabilidades, que no serán siempre muy apetecibles, pero encajan con lo que deseamos a largo plazo.
Marte, acercándose a Saturno, podría ser hacer de tripas corazón y acercarnos decidamente hacia algo que sabemos que es difícil.
Algo que tal vez no encaje demasiado en el mundo de nuestras apetencias, pero que hacemos por responsabilidad, o porque no nos queda otra, o porque es un desafío que somos conscientes de tener que asumir en algún momento.
Como veis, la presión en esto es mayor. Y revela, a fin de cuentas, que lo que nos apetece no siempre es lo que queremos a largo plazo. Que, a veces, la acción debe alinearse con la disciplina y la pauta para progresar. La combinación de Marte y Saturno es la chispa de un comienzo en un paisaje frío y, tal vez, solitario. Es un fuego que encendemos para dar un poco de calor al paisaje gélido del contexto.
Como os he comentado varias veces, además, los aspectos de Marte y Saturno se asocian ampliamente al ejército, en la medida en que simbolizan la acción disciplinada, o la fuerza dirigida hacia un propósito que rara vez se cuestiona. Habla también de motivos que organizan la acción verticalmente, casi disponiéndola con cierta jerarquía.
De ahí que asuntos como la obligación, el deber, la autoridad y la asunción de las normas puedan tener relevancia ahora mismo en aquello que necesitemos realizar. Todo esto, además, se da en Acuario.
Acuario es un signo marcadamente autónomo e independiente, que aspira a un futuro mejor. Casi ideal. Libre. Coherente respecto a nuestras ideas y principios. Pero es un signo helado, en el sentido de que no atiende demasiado a las emociones. Puede que en este panorama muchas personas sientan que el fin justifica los medios. Otras, sentirán, tal vez, cierta indignación y desamparo ante la presión de las circunstancias.
Con esto en Acuario, puede que busquemos comprometernos con alguna causa mayor, dotar de pragmatismo a nuestros proyectos de vida, o conservar energías para focalizarlas en aquello de lo que nos sintamos responsables.
Puede que pongamos mucho foco en temas como la productividad o el trabajo, o que simplemente sintamos que este es un tiempo para hacer las cosas solas.
Las relaciones sociales pueden estar bastante endurecidas, porque tienden a desarrollarse en torno a ciertas prioridades, sin dejar espacio a la distensión e improvisación amistosa. Es como si, al quedar con una amiga para tomar un café, acabáramos desarrollando un proyecto. Puede ser muy productivo, y pueden surgir soluciones a viejos problemas. Pero no sería una tónica especialmente amable.
Huelga decir, eso sí, que si estamos buscando el momento de introducir un plan de ejercicio físico, o realizar algo que requiera de disciplina, como algún proyecto, es el momento adecuado para comprometernos con eso. Porque ahora tendremos la valentía y la determinación de avanzar en cosas que en otros momentos nos hubieran parecido excesivamente duras o demandantes.
Como la aventurera que decide explorar la Antártida, ahora tendremos más confianza en nuestra propia capacidad de acción, y la valentía necesaria para preparar concienzudamente todo lo que necesitemos para lanzarnos. Tal vez el nuevo camino sea temerario. Tal vez sea duro. Pero nos permitirá conocer qué hay más allá del camino pisado mil veces.
Para realizar cualquier hazaña necesitamos prepararnos.
Eso es, también, lo que sugiere esta posición de Marte y Saturno. Queremos ir hacia algo nuevo, más autosuficiente. Queremos materializar alguna idea o aplicar cambios a lo ya conocido, pero necesitamos concentrar fuerzas, asegurarnos de planificar bien el viaje, y prepararnos física, mental y emocionalmente. También necesitaremos mirar de frente a los obstáculos. Prever qué problemas podemos encontrar. Y lanzarnos a caminar con toda una estrategia armada.
La aventura: un gran sueño
Nadie hace de tripas corazón si no tuviera la expectativa de encontrar algo que verdaderamente merezca la pena al otro lado del percance. La visión que motiva el esfuerzo de estos días es el sueño de otro horizonte más amplio. El sueño de una metamorfosis. La imagen de una fuente de conexión con el significado que da alma a nuestros pasos.
Y de eso tenemos mucho, y en abundancia. Porque Júpiter y Neptuno ya hacen una conjunción bastante estrecha, y aún continuarán aproximándose hasta el 12 de abril, cuando harán una conjunción exacta en el grado 23-24 de Piscis. Observad en qué casa de vuestra carta astral caen estos dos planetas, porque ahí, probablemente, encontraréis claves para comprender qué ilusiones están motivando que queráis enfrentar ahora estos desvelos.
Alguna creencia, alguna esperanza, o alguna emoción con la que palpita especialmente la vida se está cocinando en el área Piscis de vuestra carta.
Es cierto que con el Sol y Mercurio en Aries ya hemos dado cierre, hasta cierto punto, a la atmósfera increíblemente pisciana que vivimos gran parte de marzo. Había tanta agua que ahogaba. Y ha sido de agradecer que los planetas regresen de nuevo a los signos más personales de la carta, empezando por Aries.
Porque venimos de unas semanas en que nos hemos podido sentir bastante perdidas, evasivas, o sin fuelle. Y eso ya empieza a tomar una forma más concreta, que nos permite tomar conciencia de lo que podemos hacer una vez hemos salido del laberinto.
Sin embargo, esta temporada Aries tiene todavía un corazón muy pisciano, porque Júpiter y Neptuno unidos siguen empapando la atmósfera, nutriendo nuestras acciones y deseos con algún mágico y misterioso acuífero.
De forma interesante, además, ahora que Júpiter se acerca a Neptuno, empieza ya a formar un séxtil con Plutón, que ya vemos presente en la carta de esta Luna Nueva. Nuestros sueños alientan profundas transformaciones. Tal vez sintamos, ya, que no somos las mismas que éramos ayer. Y, sin embargo, hay un carácter retrospectivo bastante fuerte, que nos invita a hacer balance emocional de lo que nos dejó el camino ya recorrido.
Lo que nos sentimos impulsadas a comenzar ahora viene de una larga historia de anhelos, resistencias, colapsos y emociones exaltadas.
Y la sombra de lo que nos trajo hasta aquí aún está viva dentro de nosotras.
Si hemos confrontado alguna desilusión recientemente, es posible que ahora queramos actuar "a pesar de todo", para construir una escalera con la que salir del pozo. Si, por el contrario, hemos visto nacer ilusiones de algo bueno que esperamos ver llegar pronto, ahora querremos luchar para abrirle paso.
Sea como sea, con esta configuración planetaria comprendemos que ningún sueño se realiza solo.
Y que, como nos enseña Plutón, para transformar cualquier realidad es preciso poner observación suspicaz, fuerza de voluntad y una implicación casi visceral.
Volviendo a la metáfora de nuestra aventurera en la Antártida, podemos ver que confronta condiciones duras, en las que ha de valerse por sí misma. Pero también hay una dimensión invisible en su hazaña. Y es el viaje interior que también está transitando. La contemplación de su naturaleza interna, y de los ecos del paisaje dentro de sí misma.
Incluso bajo el frío, tal vez brillen las auroras boreales; las estrellas perfectas de un cielo virgen. Tal vez, incluso, viva algún encuentro mágico con un oso que olfatee sus manos y decida pasar de largo, dejándola, más que intacta y superviviente, renacida. Eso es lo que ella había ido a buscar, sin saberlo, en su viaje. Y eso es lo que representa la zona Piscis en esta lunación. Si el viaje geográfico es la hazaña, el viaje interno es una metamorfosis de las que cambian una vida.
La heroína de la historia
En este clima astral, incluso podríamos leer a Urano en Tauro como el desapego que es preciso, a veces, para lanzarnos a cambiar ciertas cosas. El desapego a la seguridad y al control que había sido nuestro refugio, para explorar nuevas realidades con mayor potencial.
Una Luna Nueva en Aries es siempre una invitación a conectar con nuestra naturaleza guerrera y épica, a buscar en nuestro interior cualquier chispa de valentía que podamos movilizar para lanzarnos a lo que es preciso realizar. Aries es el signo que asume el riesgo de vivir. Que asume el riesgo de proponer; de actuar, en pleno ejercicio de nuestro derecho a ser y a abrirnos camino. Ligeras de carga. Ágiles.
Y en Aries tenemos, en este preciso momento, un núcleo bastante potente. La Luna el Sol se unen en el grado 11 de Aries, justo a un gradito de distancia de Quirón. A dos graditos de distancia de Mercurio.
En todas las Lunas Nuevas, la naturaleza baja el ritmo y descansa. Y nosotras, recogidas en la intimidad de la noche más oscura, volcamos hacia dentro nuestra conciencia, reencontrándonos con nuestros motivos.
Esta es la primera lunación del año nuevo astrológico. En Aries, estira nuestra raíz hacia vibrantes comienzos. El pulso de algún deseo nos motiva a inaugurar una nueva etapa.
El carácter de nuestras decisiones se vuelca en la acción. Con esta Luna Nueva, nuestro mundo interno da un vuelco. Nos sacudimos la pasividad como quien se quita el polvo y las telarañas, y entramos de nuevo a la vida. Tal vez aún con la sensación de que todo está por hacerse, pero explorando espontáneamente la ruta más directa hacia lo que queremos transitar los siguientes seis meses, y tal vez más allá.
Mercurio, dentro de esta configuración, aporta tonicidad mental y decisión a la atmósfera. Mercurio en Aries es explícito, directo, y habla en plata. No es un Mercurio que se enrede en las ideas. Es un Mercurio que busca decir la verdad del momento, que busca volcar las ideas a la acción, que nos impulsa a ser atletas del pensamiento, a superar ideas estancas y a cortar con cualquier confusión.
Es un emplazamiento que nos hace pensar hacia delante, dar el salto que nos permita avanzar, sin temor a asumir el conflicto que sea necesario para llegar. Es un Mercurio inocente, a veces ingenuo, que brilla en la oscuridad, increíblemente vitalista.
Con Mercurio en conjunción a las luminarias, en esta Luna Nueva podemos presenciar el nacimiento de alguna idea veloz que venga a dar el martillazo final a nuestras dudas.
Que reordene nuestra lectura del paisaje. Que califique las cosas. Y, sin embargo, también puede ser, de atrevido, impulsivo.
Por ejemplo, si deseamos iniciar algo relacionado con Mercurio, como estudiar, aprender alguna cosa, explorar un nuevo entretenimiento, escribir, comunicar algo o inaugurar nuevas relaciones, tendremos el impulso de hacerlo de una vez por todas, afirmativamente.
De hecho, es un gran momento para aprender a hacer alguna cosa; adquirir técnicas o destrezas que requieran de un entendimiento entre cuerpo y mente.
Pero si lo que queremos es encontrar cierto consenso en lo que estamos realizando, puede que sea más difícil. Porque este es un momento en que cada cual estará pensando en sus cosas, y en que tendremos poca paciencia para dialogar y escuchar lo que la otra persona está diciendo.
Es una energía que encaja muy bien con aquella conocida frase de Nietzsche, de que un diálogo es un monólogo con interrupciones más o menos pacientes. No esperemos influenciar o persuadir a nadie en este momento. Cada cual necesita hacer su viaje, ahora.
¿Y qué hay de Quirón? En esta carta, Quirón es un punto muy sensible.
La interpretación corta de esta combinación con Quirón sería que aquello que necesitamos hacer nos resulta doloroso, o bien responde a algo que fue doloroso.
Si el Sol es nuestra esencia identitaria y nuestra relación con la vida, la Luna es nuestro universo interno y nuestro vínculo con todo aquello que necesitamos para estar bien, y Mercurio es la interacción dinámica entre nuestras ideas y nuestro entorno, Quirón en Aries pone espinas a todo eso. Las rosas de la experiencia pinchan, muchas veces, y Quirón representa en todas esas cosas el pinchazo desde el que articulamos el movimiento.
Lo que dolió, y lo que duele, nos motiva ahora a vernos distintas. A ubicar otras necesidades. A pensar en otros términos.
Además, Quirón en Aries representa el dolor de lo que no hicimos antes, de lo que no pudimos decidir, o de lo que nos mostró que desear no es siempre suficiente para encaminar las cosas hacia donde queremos.
El tono que introduce Quirón en este mapa astral introduce el lema de "a pesar de todo": a pesar de todo, hay cosas que podemos hacer. A pesar de todo, es imposible renunciar a continuar hacia delante. No porque la rosa tenga espinas es menos bella.
¿Cómo afecta esta Luna Nueva a nuestra carta?
Mirad en qué casa de vuestra carta astral cae el grado 11 de Aries, porque será en ese ámbito de vida donde estéis sembrando este nuevo proceso. Si queréis leerlo con un nivel mayor de complejidad, buscad también en qué casa de vuestra carta astral cae el grado 19 de Acuario, porque ahí estará Marte removiendo las cosas, y será una zona en la que estéis aplicando los cambios, las decisiones y las batallas de esta Luna Nueva.
En otras palabras, la casa del grado 11 de Aries será donde nace algo nuevo, pero los efectos prácticos se observarán en la casa donde caiga el grado 19 de Acuario, probablemente.
Por supuesto, quienes tengáis planetas o cúspides al comienzo o a la mitad de los signos cardinales (Aries, Cáncer, Libra o Capricornio) sentiréis de forma más directa todo esto. Pero si tenéis planetas en signos de Fuego y Aire también podríais sentir que aparecen ciertas oportunidades para asentar novedades, de forma fluida.
Espero que esta Luna Nueva os traiga el movimiento que necesitéis. Como veis, no es una lunación cómoda. Pero es potente. Y podemos aprovecharla para recuperar fuerzas y poner energía y compromiso en algo que realmente sacuda las dificultades y defina situaciones.
Feliz Luna Nueva, y un abrazo gigante, chichis!!!
Muchísimas gracias, Ava, por tu profundidad.
ResponderEliminarEres muy generosa. :-)
En realidad, todo lo absoluto / divino es uno. Solo es posible disfrutar cuando hay orden y disciplina. El resto es evasión. Para que se den la belleza, el goce y la libertad, a la vez deben de darse el compromiso y la responsabilidad.
ResponderEliminarQué hermosura de texto y qué visión global de todo lo que pase en el cielo. Y a su vez, qué habilidad de poder darle un sentido práctico.
ResponderEliminarFue un deleite leer este texto tan elevado pero tan bajado a tierra también💖