Hola chichis!!! Espero que hayáis tenido una semana estupenda, con toda la sensibilidad e imaginación que ha habido en la atmósfera. El 10 de junio tenemos un evento astrológico importante: un eclipse anular de Sol, en Géminis. Sucederá en el grado 19 del signo, así que si tenéis posiciones planetarias en los signos mutables (Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis) lo sentiréis más.
Hace poco tuvimos un eclipse de Luna sobre el Nodo Sur, que nos trajo culminaciones y finales con los que soltar carga. Y en esta ocasión, el eclipse de Sol que tendremos el 10 de junio, vamos a estar inmersas en un clima que invita a inicios y nuevos comienzos. En conjunto, esta temporada de eclipses es clara: primero hicimos espacio, soltando algo que ya cumplió su función, y luego desencadenamos comienzos.
¿Qué es un eclipse de Sol anular?
Los eclipses suelen venir en pares, de modo que se dan dos lunaciones seguidas sobre los Nodos. Por eso, las temporadas de eclipses suelen durar, al menos, un mes: todo un ciclo lunar, comprendiendo una Luna Nueva y una Luna Llena.
El eclipse de Luna que tuvimos el 26 de mayo fue una oposición del Sol y la Luna (una Luna Llena) sobre los Nodos Lunares en Géminis y Sagitario, y trajo un clarísimo fin de etapa. Pero luego la Luna siguió su curso, y cuando se una al Sol en Géminis, tendrá lugar una Luna Nueva eclipsada. Es decir, un eclipse de Sol.
Este eclipse de Sol será anular, lo que significa que la Luna ocultará al Sol, dejando ver un anillo de luz a su alrededor.
Un espectáculo que, sin duda, sería hermoso disfrutar. Lamentablemente, el eclipse solo será visible en Canadá, el Polo Norte y Rusia, aunque se podrá apreciar parcialmente desde otras zonas del Hemisferio Norte.
Grandes inicios
Como con todas las Lunas Nuevas, con este eclipse empieza un proceso que se desarrollará por los siguientes seis meses, con la singularidad de que tendrá trascendencia más allá. Porque todos los eclipses, como comentamos recientemente, actúan como catalizadores de procesos importantes que mueven las cosas adelante para hacernos crecer.
En este eclipse los astros se alinean con el Nodo Norte, así que nos mueve hacia un lugar que nos permite crecer en nuestra capacidad de respuesta ante la vida, sacándonos de lo acostumbrado y lo cómodo para catapultarnos más allá.
Este eclipse ayuda a integrar circunstancias y a resolver retos ante los que antes no habíamos sabido cómo responder. Enriquece nuestra capacidad de respuesta ante la vida.
Con todo ello, puede haber en la atmósfera una sensación de destino que renueva las cosas, como si ahora precisamente pudiéramos acercarnos a realizar algo que había estado gestándose de forma más sutil, y que ahora pudiéramos reconocer mejor.
El Sol se apaga
En todas las Lunas Nuevas la Luna se oscurece, pero en caso de un eclipse de Sol, también nuestra estrella se apaga durante un lapsus de tiempo. El Sol representa la identidad, el liderazgo, la conciencia, y el brillo vitalista que saca los colores a nuestro mundo, y nos mueve a involucrarnos en la vida con ganas, con rebosante confianza y alegría.
De ahí que los eclipses de Sol se hayan relacionado siempre con una misteriosa suspensión de todo eso, en la que justamente tenemos a nuestra disposición el mágico potencial de resetear nuestra actitud hacia la vida de otro modo.
Con el astro de la conciencia ensombrecido, puede haber confusión en la atmósfera. Por eso no se recomienda sembrar intenciones de Luna Nueva durante un eclipse de Sol.
Durante los eclipses es mejor no forzar las cosas. Lo mejor es escuchar qué nos proponen nuestras emociones y sensaciones, qué nos pide el cuerpo durante el eclipse, y cuidarnos de la forma que más favorezca a nuestro bienestar.
Tras el eclipse el Sol vuelve a aparecer, luminoso y radiante de nuevo, y todo lo que movió en nosotras a nivel inconsciente mientras estuvo oculto nace a un nuevo comienzo revitalizador.
Oportunidad de revitalización
Si bien podemos sentir el eclipse a nivel anímico, o podemos encontrarnos algo extrañas durante esos días, es precisamente desde esa extrañeza como podemos plantear cambios importantes. En definitiva, los eclipses de Sol son una potente semilla de cambio en nuestra relación con la vida, con nuestro sentido de identidad, con los roles que habíamos asumido, y con nuestros propósitos.
Además, tradicionalmente se ha asociado a los eclipses de Sol con la caída de liderazgos y la emergencia de nuevas figuras de referencia, y si tomamos esto como metáfora, también en nuestro interior se abre la puerta a renovar nuestra relación con aquello que nos hace sentir vivas. Puede que cambiemos prioridades o lógicas a raíz de ahí.
Este es un momento único para repensar nuestra relación con aquello que está tan presente que a penas se percibe: ¡estamos vivas! ¿Cómo hacer justicia a esa maravilla?
Los efectos de un eclipse no tienen por qué manifestarse el mismo día en que suceden, pero a nivel interior sí es posible que sintamos, desde ya, algún cambio. ¿Qué necesitamos cambiar para vivir los instantes haciendo justicia a su carácter único? ¿Estamos disfrutando de la vida? ¿Cuáles son nuestros propósitos a nivel de existencia, más allá de los desafíos que presentan nuestras circunstancias?
¿Qué clima astral rodea a este eclipse?
Un eclipse en Géminis siempre conversa con Mercurio, pero en esta ocasión, más aún. Porque las luminarias estarán en conjunción prácticamente exacta con Mercurio, que por cierto, ¡está retrógrado, y en cuadratura a Neptuno! Eso hace algo más complejas las cosas.
De entrada, en este eclipse hay un tono retrospectivo, casi nostálgico, que nos invita a evocar recuerdos profundamente emocionales. Revelando, tal vez, un conflicto entre lo que barajamos a nivel de ideas y a nivel de emociones.
La cabeza y el corazón tienden a tirar hacia lados distintos, y de ahí puede surgir una gran confusión.
Además, Mercurio retrógrado como planeta que rige el eclipse también señala la posibilidad de que en este momento no tengamos en claro qué estamos comenzando o cambiando. Sin embargo, la realidad puede estar justo delante de nosotras, sin que podamos verla, porque Neptuno está velando las cosas, o tal vez barnizándolas de ensueño, imaginación y fantasía.
Géminis es un signo relacionado con la diversificación de caminos y las encrucijadas. ¿Tenemos en mente una avalancha de sueños y posibilidades que no sabemos hacer encajar en la realidad?
Mercurio retro, multiplicado
Por otro lado, las noticias de actualidad pueden estar movidas, porque Géminis siempre se asocia a las avalanchas de información. Solo que, en este caso, seguramente sea más bien desinformación. Medios como las redes sociales, la prensa... pueden verse alterados significativamente. Con Saturno lanzando trígonos al eclipse, ¿tal vez pueda nacer la intención de legislar o reglar esos entornos digitales?
En cualquier caso, Mercurio retrógrado va a estar potentísimo, así que todo lo que solemos asociar a las retrogradaciones de Mercurio se sentirá más.
Aparatos y dispositivos que se rompen, pérdida de información, confusiones, medios de transporte alterados, mensajes y noticias, comunicaciones y charlas pueden ser una primera ficha de dominó desde la que cambia nuestro paisaje. La atmósfera es tendente al engaño y la confusión, así que es mejor no tomar decisiones precipitadas o hacer promesas en este momento.
Nuevas voces
Además, es posible que, ante las circunstancias sin precedentes que enfrentamos, recordemos los ecos de lo que creíamos saber en el pasado, y nos demos cuenta de que las fórmulas con las que nos habíamos guiado han quedado rápidamente obsoletas.
Referentes intelectuales y teóricos, o personas que considerábamos líderes de opinión en algún campo pueden parecernos más huecas ahora.
Puede haber un poco de hartazgo y saturación frente a la vieja forma de debatir y criticar. ¿Qué pasa si en vez de criticar propuestas ajenas nos atrevemos a proponer y dialogar ideas constructivas? Tal vez, al albor de las nuevas preguntas que estén surgiendo, necesitemos buscar otra forma de aprender, reflexionar y elaborar opinión, argumento y certeza.
Sobra decir que, con un eclipse de Nodo Norte en Géminis, los colegios e institutos, centros de enseñanza, planes de estudios, educación y pedagogía enfrentan el reto de reinventarse. También la forma en que elaboramos y transmitimos conocimientos puede inclinarse hacia vías más informales e inmediatas.
Tal vez, en este momento, saber entenderse con el vecindario, las hermanas y amigas sea más importante que leer las disertaciones de las autoras clásicas sobre cómo salvar el mundo. Buscamos conocimiento accesible y práctico, flexible, adaptado al tiempo raro que estamos viviendo. Y hablando de tiempos raros...
Saturno y Urano, muy presentes
Solo unos días después del eclipse, el 14 de junio, Saturno y Urano harán la segunda cuadratura exacta del año. La primera ocurrió el 17 de febrero, así que las ideas y alternativas que sobrevolaban nuestra cabeza en febrero tienden a cobrar más importancia ahora, permitiéndonos elaborarlas y desarrollarlas hacia su concreción.
La cuadratura de Saturno en Acuario y Urano en Tauro es la clave para entender los dilemas de fondo que estamos barajando en 2021, que también tendrán peso en 2022.
Esta cuadratura nos llama a asentar las bases de una nueva visión de la realidad colectiva y personal, que responda a las complejas encrucijadas en las que nos encontramos. Lo viejo y lo nuevo conversan, y ahí en medio estamos nosotras, pisando un camino no recorrido previamente, para el que no hay soluciones correctas o incorrectas, sino sobre todo experimento y observación.
Cada una de nosotras ha recorrido ya un buen trecho del 2021 poniendo en práctica nuevas ideas desde las que proyectar futuro, a pesar de que en el presente la inestabilidad tensione las certezas e imponga complejas incógnitas.
Con esta segunda cuadratura, podemos evaluar por fin lo que hemos experimentado y pensado hasta ahora, para identificar con más lucidez cuáles están siendo los resultados, y para dilucidar qué opciones son las más viables.
De eso es de lo que habla también el trígono de Saturno al eclipse. Todo lo que toca Saturno tiene las miras puestas en la consolidación de algo duradero a largo plazo. Así que los cambios que catalice este evento astrológico tienden a fundar bases, permitiéndonos materializar avances.
Los ciclos planetarios son, en sí mismos, procesos. El pasado 24 de enero el Sol y Saturno hicieron una conjunción en Acuario, y aunque posiblemente no recordemos en qué estábamos ese día, en aquel momento empezó algo así como un nuevo plan, o una nueva estrategia de vida. Eso es lo que florece ahora, con el trígono de Saturno al eclipse. Cosechamos los frutos de las reflexiones, dilemas y esfuerzos que venimos desarrollando desde enero.
Y podemos evaluar cuál ha sido el resultado de los experimentos que hemos estado llevando a cabo en 2021. De ahí es desde donde sembramos el gran comienzo que nos trae el eclipse.
Tal vez ahora, viendo que nuestros planes se concretan, podamos reconocer cuál es ese último empujón que debemos dar a nuestra realidad para que tome la forma que queremos darle. En el fondo, y aun con toda la confusión que introducen Neptuno y Mercurio retro en la atmósfera, esta es una etapa del año marcada por una exquisita lucidez. Una lucidez que se irá mostrando poco a poco, ubicando, por fin, muchas cosas en su sitio.
La Luna rige a Venus y Marte
Teniendo en cuenta todo lo que hemos comentado hasta ahora, también es interesante que la Luna es el regente de Venus y Marte, ya que ambos se encuentran en Cáncer. Así que estos planetas también tienen voz propia durante el eclipse. Por un lado, Venus en Cáncer hace un inspirador y emotivo trígono a Júpiter en Piscis, y un séxtil a Urano en Tauro.
Venus activa la esperanza de realizar aquellos sueños e ilusiones que nos permitan satisfacer nuestras necesidades más genuinas.
Le da un toque íntimo, sensible y creativo a la atmósfera, aunando la disposición a reaccionar de forma compasiva y amable, mientras mantenemos un espíritu de autonomía, ingenio y aventura. Tal vez Venus nos esté ayudando a dotar a nuestros nuevos comienzos de sentido interior, ya que nos llama a fortalecer la conexión con aquello que nos nutre verdaderamente.
Por otro lado, Marte en Cáncer está haciendo un trígono a Neptuno. Esto intensifica nuestros deseos por defender lo que consideramos significativo. Nos llama a luchar con fuerza por realizar nuestros sueños. Tal vez muchas personas encuentren que, por fin, pueden llevar a cabo algo largamente anhelado. Sin embargo, el camino no está del todo despejado, porque Marte hace una oposición a Plutón en Capricornio. Y eso es denso.
Plutón ha quedado ahí, en la zona cero de 2020, como representante de una crisis sistemática, en la que todo lo que habíamos considerado normal hace aguas. Plutón representa, además, poderosas e intrincadas luchas de poder, que aun siendo poco evidentes tienen la capacidad de transformar la historia.
Con Marte en oposición a Plutón, el deseo nos nace del alma, de motivaciones sensibles y personales, pero entra en confrontación con una realidad difícil. El deseo personal choca con fuerzas y voluntades poderosas ahí fuera.
¿Qué significa esto de forma más concreta? Puede haber frustraciones, iras y descontento si vemos impedidos o demorados nuestros deseos, y podemos experimentar una mayor indignación ante aquello que escapa a nuestro control y que, sin embargo, nos afecta.
Pero más allá de eso, Marte en oposición a Plutón, estando en conversación directa con el eclipse, también señala que el proceso que empezamos ahora se inclina a la concreción y a la reconstrucción de nuestra mirada ante el mundo.
Es tiempo de elaborar un nuevo relato desde el que contemos, con una voz propia, lo que ocurrió. Y lo que queremos que ocurra. En este sentido, este eclipse es decisivo.
Este es el momento en que sembramos profundas transformaciones en nuestra percepción de la realidad, y del campo de posibilidades que nos ofrece.
Entonces, ¿cómo nos afectará?
Hemos hablado extensamente del eclipse, de todos los planetas y aspectos involucrados, y aún permanece en un halo de misterio. Tendremos que esperar a vivirlo para entender realmente qué nos ofrece. Démonos tiempo.
Este eclipse viene con una fuerza increíble, a ubicar las cosas del modo que más favorezca a nuestro crecimiento. En ese sentido, es excitante, porque impulsa cambios que probablemente sean observables, patentes.
Si queremos saber qué temáticas moverá de forma más concreta, lo mejor es observar en qué casa de nuestra carta natal cae el grado 19 de Géminis, porque ese será el ámbito de vida en el que iniciemos algo importante de aquí a los próximos meses. Si hay un planeta o una cúspide de nuestra carta natal que coincida con el eclipse, podemos esperar que juegue un rol protagonista.
Por otro lado, si en nuestra carta tenemos planetas en los signos mutables, o en otros signos de Aire, seguramente lo sintamos más. Especialmente si están ubicados a la mitad de los signos.
Ahora, eso sí: es recomendable dar la bienvenida al eclipse con la mente abierta.
Los astros están aquí para ser reflexionados, y siempre encontramos un cauce personal desde el que enfocarlos. Nada de temores, miedos o inquietudes. Ya hemos vivido muchos eclipses en nuestra vida, incluso sin saberlo. Lo que mueven los eclipses es siempre más vida. Y la vida es siempre gestionable. Nosotras tenemos siempre la última palabra ahí.
Feliz eclipse!!! Un abrazo grande, chichis!!!
Hace conjuncion con mi venus en casa 9 ya estoy en el extranjero que sera!?
ResponderEliminarHace conjunción con mi saturno en mi casa 10.
ResponderEliminarEl eclipse cae en mi casa 12 justo donde tengo a mi luna y quiron, a que va dirigida la trasformación????
ResponderEliminarEl eclipse cae en el mismo grado que mi sol 😎
ResponderEliminarHola! como se en casa cae en mi astral?
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