Palas: sabiduría y liderazgo

 

Hola chichis!!! Continuamos nuestro recorrido por los asteroides hablando de Palas, uno de los asteroides más importantes en astrología, ya que fue el segundo en ser descubierto. En 1801 se descubrió a Ceres, y solo un año después, en 1802, se descubrió a Palas. Esto no es extraño, ya que Ceres es el asteroide más grande, mientras que Palas es el segundo de mayor tamaño.

Primero os hablo un poquito sobre Palas como cuerpo celeste, luego ahondamos en los mitos asociados a la diosa, y por último os cuento, como conclusión, de qué modo actuaría este asteroide en nuestra carta natal.  

Palas como cuerpo celeste

Como la mayoría de asteroides importantes en astrología, Palas forma parte del cinturón de asteroides, ubicando su órbita entre Marte y Júpiter, donde también se encuentran Ceres, Juno y Vesta, entre otros. 

Los asteroides no son visibles a simple vista, por lo que se han introducido recientemente en la práctica astrológica, y aún están estudiándose.

De forma similar a otros asteroides que orbitan por esa zona del sistema solar, Palas tarda 4,6 años en dar toda una vuelta alrededor del Sol, con la particularidad de que como su órbita está algo inclinada y es algo excéntrica, el tiempo que pasa transitando por cada signo es algo irregular. De media, Palas pasaría entre cuatro y cinco meses en cada signo. 

Como sucede con los demás asteroides, la forma más certera de aproximarnos a su significado es revisar el mito asociado a su nombre. Así que, ¿quién era Palas en la mitología grecolatina?

Palas Atenea: la diosa

Palas Atenea era una diosa crucial del panteón griego, que gobernaba en asuntos tan contundentes como la civilización, la ciencia, la sabiduría, la estrategia, la guerra, la habilidad y la justicia. En la mitología latina se conocía a esta diosa como Minerva. 

Su culto fue amplio en su geografía, y persistente a lo largo de los siglos. De hecho, es una de las diosas más representadas en el arte de la época. 

Y es que los asuntos sobre los que gobernaba esta diosa, si nos fijamos, tienen que ver con aquello que mantiene unida y próspera a la comunidad. La cultura y el conocimiento forman parte de la identidad y el carácter de una civilización, y la impulsan hacia su desarrollo.

Palas y la figura paterna

Los viejos mitos apuntan a que fue profetizado que Zeus (Júpiter) tendría hijos tan poderosos con Metis, que lo desbancarían de su poder. De ahí que el dios decidiera, por consejo de Urano y Gea, engullir a la oceánide, tratando así de prevenir la amenaza. Pero Metis ya había concebido a Palas, y Zeus experimentó un terrible dolor de cabeza al engullirla. 

De ahí que Zeus pidiera a otros dioses que le rompieran la cabeza con un hacha, tras lo que Palas Atenea nació al mundo. 

El mito cuenta que Palas nació de la cabeza de su padre siendo ya adulta y completamente armada, lanzando un poderoso grito de guerra. 

Tras concebir a una diosa por sí mismo, sin mediación de mujer alguna, Zeus consideró a Atenea su hija predilecta, despertando los celos y enojos de otras divinidades. Pero ¿qué nos dice este mito hoy si lo analizamos de cerca? 

Una armadura ante la historia familiar

Atenea nació de un hombre que se atribuyó a sí mismo la hazaña de dar a luz. En esta historia la madre está ausente, porque ha sido anulada, tragada; engullida. Su padre aniquiló a su madre, no solo en su existencia y su memoria, sino también negando su papel en la engendración de la hija. 

Al negar a la madre, el padre queda como absoluta autoridad, como el absoluto artífice de la vida. Un artífice que, sin embargo, resulta amenazante.

Además, Atenea nace nada menos que de la cabeza de su padre, cuando este experimentaba un gran dolor tras haber aniquilado a Metis. ¿Qué es esto, sino una tragedia familiar? El primer contacto de Pallas con el mundo es terrible, hasta el punto de que nace ya con un grito de guerra, con un grito de rabia, tal vez, con el que afirma su presencia y poder. 

Palas es la diosa de la sabiduría, y ya nació al mundo sabiendo algo nefasto, algo que anuló su infancia y la lanzó al mundo precozmente adulta, estratega y asertiva: que las relaciones podían ser truculentas y trágicas. Y que el padre, aun abusivo o tortuoso, fue clave en su formación. 

A partir de ahí se entiende que Palas naciera armada, protegiéndose ya de autoridades externas potencialmente amenazantes, y se entiende que desarrolle una vida que desafía en todo a los roles de género. Palas sale al mundo decidida a no ser una Metis. A no ser una mujer a la que se engulle. A la que se niega. 

La diosa que desafía los roles de género

Atenea asume una serie de roles inspirados en referencias de autoridad, como una forma de ser considerada legítima, más allá del modelo tradicional femenino. 

La historia de Palas trae la idea de que si no guerreo, si no sigo una estrategia, si no trunco los roles que asumió mi madre, seré devorada. Como ella. Como tantas otras.

Palas se representaba siempre vestida, a diferencia de otras diosas que mostraban su desnudez. Esto siempre se ha interpretado como un rasgo de modestia y virtud civilizada, pero también nos lleva a la idea de la armadura. De un cuerpo que siempre se defiende de la mirada y la decisión ajena, y que para ello renuncia a su propia sexualidad.

De hecho, Palas rechazó con vehemencia tener amantes o consortes: también se llamaba a la diosa Atenea Partenos: "la virgen". Sin embargo, siendo una diosa, y con todo, también sufrió un intento de violación por parte de Hefesto, una historia que, por cierto, es clave para el mito fundacional de Atenas.

Luz y sabiduría

Palas es la diosa de la guerra, y esto es interesante. Porque al embarcarse en asuntos típicamente propios de la cultura patriarcal, los desarrolla de una forma especial, con una impronta propia. Por ejemplo, se cuenta que Ares (Marte), el dios de la guerra, no pudo jamás con ella. Y esto es así porque Palas aplicaba por encima de todo la sabiduría y la estrategia, y no únicamente la fuerza.

Palas era sabia porque "veía en la noche", veía con claridad.

Se dice que cuando varias divinidades competían por gobernar Atenas, Palas ganó el culto del pueblo haciendo surgir un olivo, un árbol que hoy en día es símbolo de la paz y la sabiduría, pero que ya en la Antigüedad resultaba fundamental para la dieta y el transcurso de la vida urbana. Por ejemplo, era con aceite de oliva con lo que se encendían lámparas por las noches. También se asoció a la diosa con el símbolo del búho.

La hija del patriarcado

Palas, como hija de Zeus, goza de ciertos privilegios, pero no sin cierto conflicto. Palas es la mujer que sabe posicionarse en primeros lugares, compitiendo en espacios tradicionalmente patriarcales. Por tanto, bien podría representar a la jefa de una organización, a una directiva o a una política influyente. 

Pallas aprovecha el circuito que los hombres construyeron para sí mismos, para introducirse en él y salir adelante. El desafío que presenta Palas, en mi opinión, es que para ubicarse de forma exitosa ahí, ha bebido únicamente de referencias paternas. 

Es decir, ha inspirado su idea de autoridad y poder en el hombre que, precisamente, anuló a su madre. 

Y eso puede resultar difícil, porque Palas tendría el riesgo de anular, también ella, a su madre y a las mujeres que, como su madre, son invisibles. En ejemplos, ¿qué significaría esto? Bueno, sin ánimo de juzgar, ¡me viene a la mente Margaret Tatcher! Palas bien podría representar a la mujer que define su rol exitoso en conversación con el relato patriarcal.

Implacable competitividad

Palas, al ejercer justicia, resulta implacable y ortodoxa. A diferencia de otras divinidades, que actúan con cierto capricho, Palas se muestra ciertamente cruel ante situaciones que podrían desafiar su posición.

De hecho, la relación de Palas con Medusa nos da una buena nota de ello. Medusa era una mujer que, mientras servía en el templo de Atenea, fue violada por Poseidón (Neptuno). Atenea, ofendida por haber visto ultrajado su templo, condenó a Medusa, a la víctima, transformándola en un monstruo que petrificaba con la mirada. Es decir, Palas condenó a otra mujer a la exclusión por haber sido violada. 

¿Es parte necesaria de la estrategia hacia el éxito condenar a las demás? ¿El éxito es necesariamente insolidario?

El mito de Aracne también es un excelente ejemplo de esto. Aracne era una hilandera que ocasionalmente se jactó de tejer mejor que Palas Atenea. La diosa, sintiéndose amenazada, convirtió a Aracne en un insecto: en una araña, condenándola a tejer para toda la eternidad, en un lugar casi insivible. 

Sin embargo, a pesar de condenar duramente la supuesta arrogancia de Aracne, Palas es conocida por ofrecer una inestimable ayuda a los héroes hombres cuando enfrentaban desafíos. También fue considerada una ingeniosa patrona de la civilización, aportando a la humanidad numerosos inventos que favorecían su prosperidad.

Palas en la carta natal

Ahora que hemos visto el trasfondo mitológico y arquetípico de Palas, ¿qué nos dice en nuestra carta astral? En primer lugar, este asteroide nos dice de qué modo entendemos y vivimos el legado "del padre", entendido como figura paterna, el estado o el sistema patriarcal. A veces su expresión es bastante literal, de modo que Palas en nuestra carta puede hablar directamente de nuestra relación con nuestro padre o con quien haya cumplido ese rol.

Además, Palas por signo y por casa señala en nuestra carta ciertas cualidades y ámbitos de la vida en que gozamos de cierta habilidad y sabiduría. En los que, incluso, podemos sentir que gozamos de cierta superioridad intelectual.

Palas señala nuestro sentido de estrategia para defendernos de amenazas y conquistar primeros lugares, con astucia e ingenio.

Palas en una posición destacada de la carta puede señalar un especial interés por la ciencia o las artes. También habla de cómo procesamos el legado intelectual que nos han dado esas personas que han sido nuestra referencia, y cómo lo habitamos de forma propia.

También, por supuesto, señala en qué ámbito estamos dispuestas a asumir contradicciones con tal de aplicar estrategias que favorecen a nuestros propósitos, sin dejarnos llevar necesariamente por las apetencias, los afectos o la sensibilidad. Palas representa la lucidez, la fuerza de nuestro intelecto dominando las pasiones, proyectándose con claridad y decisión, sin dejarse influenciar por interferencias externas. 

Habla de un ámbito de la vida en que nos ponermos una armadura de ideas y propósitos para ir más allá del dolor. Donde no admitimos que nos cuestionen.

Una zona de la carta en la que nos damos permiso para destacar, y donde tenemos la habilidad de justificar nuestros actos, con cierta sensación de que el fin justifica los medios. Eso sí, con excelentes rasgos diplomáticos.

También es una zona en la que necesitamos demostrarnos, a través de experiencias, actos y decisiones, que somos invencibles. Un área en la que no admitiremos derrota, en la que nos esforzaremos por no tener rival. En definitiva, una zona en la que experimentaremos un especial dominio y liderazgo.

Es un arquetipo fascinante que da mucho que pensar, como véis. 

Espero que esto os haya gustado! Un abrazo grande, chichis!!!

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