Stellium: qué es y cómo afecta en la carta natal

 

Hola chichis!!! Qué mejor momento para hablar de los stellium, ¡ahora que tenemos uno formado por seis planetas en Acuario! Desde luego, quienes nazcan en este momento tendrán una carta natal de lo más particular, porque no es precisamente habitual que haya tantos planetas concentrados en un mismo signo. 

Si en vuestra carta tenéis una concentración de planetas, es posible que tengáis un stellium. Así que vamos a ver qué es, cómo afecta un stellium en una carta natal, y cómo gestionarlo.

¿Qué es un stellium?

La palabra stellium viene de la palabra latina "satellitum", que se refiere a una guardia protectora que acompaña. En realidad, su significado astrológico no es exactamente ese, como veremos después. 

Pero, ¿qué es un stellium? ¡Sencillo! Se trata de una agrupación de planetas en un mismo signo o en una misma casa de la carta astral. 

Hay astólogas que ya hablan de stellium cuando hay una concentración de tres planetas en un punto, mientras que otras consideran que es un stellium si está formado, al menos, por cuatro planetas.

Independientemente de que tengamos tres, cuatro o más planetas juntos en una zona de la carta, el stellium es una intensa concentración de actividad en una zona, haciendo que vivamos como un conjunto a los planetas que lo forman. 

¿Tengo un stellium?

Si hay varios planetas concentrados en una zona de la carta, ya podemos empezar a pensar en stellium: de hecho, podemos tener un stellium en dos signos consecutivos o en dos casas consecutivas, también. 

En general, se considera que el único requisito para considerarlo stellium es que ningún planeta esté a más de 10º de otro. 

Es decir, entre los planetas de los extremos puede haber más separación, pero para que sea un stellium debe haber planetas intermedios que formen la cadena planetaria.

Por ejemplo, si tenemos dos planetas al principio de un signo, y dos al final, no hay duda de que los temas de ese signo se sentirán muy presentes en nuestra vida, pero no sería un stellium, porque la separación entre ellos hace que los experimentemos como dinámicas reconocibles y distintas.

Al fin y al cabo, lo importante no es dar la etiqueta de stellium a lo que hay en nuestra carta, sino comprender de qué forma se relacionan los planetas cuando están cerca, y qué retos particulares nos dan al actuar como conjunto.

Cuando hay un stellium repartido entre dos signos consecutivos o dos casas consecutivas, es igualmente fuerte. Porque, al fin y al cabo, los planetas son los actores de la carta. Y allí donde estén, hay actividad, atención y proceso en desarrollo. 

Cada stellium tiene su carácter

Las astrólogas hablamos de stelliums para entendernos, pero la realidad es que hace falta algo de análisis para entender qué propone cada stellium en particular, porque cómo lo sintamos depende mucho de qué planetas lo forman, y en qué zonas de la carta están. 

En este sentido, podemos entender el carácter de un stellium según los planetas que lo forman.

Por ejemplo, es relativamente frecuente que el Sol, Mercurio y Venus (que siempre están bastante cerca) conformen una agrupación. Pero no es tan frecuente tener a Júpiter, Saturno y Plutón unidos en un mismo signo, como sucedió con la generación de 1981, o con la que nació en 2020. 

Cuando el stellium está formado por planetas rápidos (Luna, Sol, Mercurio, Venus o Marte) afecta a temas mucho más personales. Mientras que si está formado por planetas lentos (Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno o Plutón) habla de que asuntos generacionales y contextuales cobrarán una gran presencia en cómo se desarrolla nuestra vida de cara a la sociedad, o a nuestra forma de entender el mundo.

Por supuesto, dentro del mundo de los stelliums, también es bastante habitual tener una combinación de planetas lentos y rápidos.  

¿Cómo afecta un stellium?

Cada planeta trae una serie de procesos a nuestra vida, y lo que caracteriza a un stellium es que vivimos los procesos y dinámicas que traen esos planetas como un conjunto. 

Es como si un coro cantara al unísono. Por tanto, un stellium siempre va a tener una enorme presencia en la carta astral, y tiende a llevar la voz cantante. 

Por no olvidar que cada planeta que forma parte del stellium rige determinadas áreas de la carta, así que inevitablemente, cuando tenemos un stellium habrá varias zonas de nuestra carta que se remitan a él, dándole el protagonismo.

Un stellium en un signo

Si tenemos un stellium en un signo, los temas de ese signo van a estar muy presentes en nuestro carácter y experiencia, casi constituyendo unas gafas con las que miramos la vida. Los signos son como atmósferas, y tantos planetas actuando ahí terminan por dar un barniz general a nuestra actividad. 

Tanto, que independientemente de dónde estén nuestra Luna, nuestro Sol o nuestro Ascendente, los temas del signo en el que tenemos un stellium siempre terminan por presentarse. 

En una carta natal, tener un stellium muy fuerte puede generar la sensación de que el color de la vida y del mundo es el de ese signo que tenemos tan poblado. 

Y a veces puede sentirse como una dificultad para percibir el resto de posibilidades. Es como si tradujéramos todas nuestras observaciones y experiencias a ese idioma que habla nuestro stellium: el del signo en el que se encuentra.

Como la vida nunca es monotemática, y siempre tendemos al cambio, con un stellium terminamos por explorar exhaustivamente todas las dimensiones de ese signo en el que está. Y eso nos lleva a explorar, naturalmente, su sombra; es decir, el signo complementario que está enfrente, que también puede ser importante en nuestro desarrollo.

Un stellium en una casa

Cuando nuestro stellium se concentra en una sola casa de nuestra carta, los temas de esa casa van a tener el protagonismo, de modo que, vivamos la experiencia que vivamos, tendemos a conectarla con los asuntos que rige esa casa. 

Cada casa representa un escenario de vida, o un ámbito de experiencias. Y con un stellium en una casa, tendemos a supeditar otros ámbitos de la vida al de la casa destacada. 

Por ejemplo, si tengo un stellium en la casa 10, la del trabajo, carrera y estatus, cuando tome decisiones (algo propio de la casa 1), cuando me relacione (algo propio de la casa 7) o cuando viaje (algo propio de la casa 9) posiblemente lo haga considerando cómo todo eso puede afectar a mi carrera, o cómo poner al servicio de mi carrera todas esas experiencias, aprovechando todas las vivencias para desarrollar las temáticas de mi casa con stellium.

Eso da muchísima focalización, como imagináis. Y puede generar la sensación de tener las prioridades muy claras. 

Desafíos del stellium

Un stellium focaliza muchísima atención y energía en una zona de la carta, e influye bastante en el desarrollo de un carácter fuertemente definido. Porque a la hora de experimentar la vida, la interpretamos de acuerdo a nuestro punto fijo, el stellium, y sentimos que las experiencias confirman una y otra vez el protagonismo del signo o la casa en la que esté nuestro stellium.

¿El tema de mi vida?

El primer desafío que hay aquí, naturalmente, es el de relacionarnos también con otros arquetipos y ámbitos de la vida que forman parte de nosotras. 

Por ejemplo, desarrollar los signos y casas vacías de la carta, que trataremos de "llenar" para compensar el peso del stellium. Sin embargo, el stellium suele tirar mucho de nosotras, y podemos tener cierto conflicto interno precisamente cuando buscamos balance.

Cuando tenemos a los planetas distribuidos por toda la carta, es bastante habitual que los vivamos de forma irregular, poniendo el foco en cada zona dependiendo de la etapa vital en la que estamos. Cuando tenemos un stellium muy fuerte, hacer esto puede ser más complejo.  

Con un stellium, a veces podemos sentir que, incluso cuando buscamos cambios y diversidad de experiencias, tendemos a volver siempre a una serie de asuntos. 

En ese sentido, ver dónde está el planeta regente del signo en el que está el stellium (si no forma parte de él), y cómo nos relacionamos con el signo y casa complementaria podría ayudar.

Todo a la vez

Cada planeta de nuestra carta nos propone desarrollar un proceso particular en nuestra vida. Por ejemplo, el Sol nos invita a descubrir quién somos, y la Luna nos invita a satisfacer nuestras necesidades para sentirnos bien, entre otras cosas. Cuando tenemos un stellium, los procesos que nos invita a desarrolar cada planeta que lo conforma se asocian inevitablemente a los demás planetas del stellium. 

Y eso cambia la manera en que los desarrollamos. Un stellium actúa como conjunto, y en consecuencia vivimos las características de todos sus planetas a la vez. De ahí que sea importante qué planetas lo componen, y cómo está distribuido el resto de la carta. 

En principio, dependiendo de qué planetas compongan a nuestro stellium, podemos experimentar alteraciones en cómo percibimos lo que cada planeta representa, y nos puede costar algo más diferenciar cada uno de sus procesos por separado. 

Por ejemplo, si tenemos varias plantas en macetas separadas podemos regarlas y nutrirlas de la forma que cada una requiera, pero si las tenemos todas en una misma maceta puede costar algo más darles a todas lo que necesitan. Unas veces unas estarán fuertes y llenas de energía, pero tal vez otras que requieren cuidados distintos tengan un exceso de luz o de agua. 

Trabajar a los planetas de nuestro stellium como conjunto a veces puede ser retante. Pero eso sí, si nos escuchamos y descubrimos cómo gestionarlo con el tiempo suficiente, podemos generar algo muy potente. Un ecosistema propio y único. 

Los planetas solitarios

Los planetas que no forman parte de nuestro stellium también conversan con él irremediablemente. Esto es mucho más claro si, por ejemplo, otros planetas distribuidos por la carta hacen aspectos directos a alguno de los planetas que forman parte de nuestro stellium. En ese caso, los aspectos que reciba un punto del stellium tienden a afectar a todo el conjunto.

Si tenemos planetas solitarios en otras zonas de la carta, podemos recurrir a ellos como mecanismo de compensación, y eso también puede generar sus propios retos. 

Esto también aplica si, por ejemplo, tenemos a todos nuestros planetas en una mitad de la carta, y solo un planeta se ubica enfrente, en una mitad de la carta completamente vacía.

Los planetas solitarios, aislados, actúan como contrapunto, y a veces tendemos a darles una mayor presencia, o un mayor peso, precisamente "para compensar" el peso de nuestro stellium. De ahí que pueda ser un planeta con cierto estrés, al que nos sostenemos como un clavo ardiendo.

Trabajar a los planetas solitarios de nuestra carta es buena idea, para reconocer con una mayor atención qué nos proponen exactamente, y no pedir peras al olmo. 

Los tránsitos sobre el stellium

El cuarto desafío del que quería hablaros tiene que ver con la intensidad que pueden tener los tránsitos sobre el stellium. Los tránsitos son los planetas tal y como están a día de hoy, y cómo se van moviendo, cada uno a su ritmo, como las agujas de un reloj sobre nuestra carta. Cada vez que uno de los tránsitos toca alguno de nuestros planetas o cúspides natales, activa procesos en nuestra vida. 

Cuando tenemos un stellium, y se activa por tránsitos de planetas lentos, podemos experimentar una etapa bastante larga, caracterizada por desafíos acuciantes y centrales. 

Por ejemplo, si Saturno, Plutón, Urano o Neptuno hacen conjunciones, cuadraturas u oposiciones a nuestro stellium podemos sentirlo muy difícil, porque como son planetas lentos, irán tensionando por tránsito a todos los planetas de nuestro stellium, seguidos. 

Y eso puede resultar extenuante. Porque cuando un planeta del stellium se activa, todos se activan. Así que por ejemplo, un tránsito de Saturno, que habitualmente dura un año, puede fácilmente convertirse en un tránsito de tres años, si tenemos a nuestro stellium distribuido a lo largo de todo un signo. 

Pero, por otro lado, también los tránsitos amables nos afectan más, así que en definitiva el stellium nos trae ¡intensidad!

¿Tener un stellium, es bueno o malo?

Tener un stellium es un rasgo de carácter, y como todo en astrología, es algo neutral. No es bueno, no es malo. Pero, por supuesto, tiene sus luces y sus sombras. 

Por ejemplo, gracias a la extraordinaria focalización que ofrece el stellium es posible que desarrollemos muchísimo algo, y nuestra visión profunda de eso en lo que hemos estado inmersas tanto tiempo puede resultar esclarecedora para otras personas. 

Un stellium siempre resulta muy interesante, porque invita a desarrollar al máximo nuestras cualidades destacadas.

Y, por ese mismo motivo, también puede resultar difícil si necesitamos cambiar de atmósfera, o si tenemos temporadas en que vivimos su cara más compleja. Pero, como siempre, cada carta tiene sus propios retos, tenga o no un stellium. 

Gracias por leer hasta aquí, chichis!

Un abrazo grande!!!

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