Hola, chichis!!! Mercurio entró en Escorpio el pasado 27 de septiembre, y no saldrá del signo hasta el 1 de diciembre, porque va a entrar retrógrado. De la retrogradación de Mercurio hablaremos pronto: ahora me gustaría hablar un poco más del papel que juegan Mercurio en Escorpio y Urano en Tauro en medio de este clima astral tan accidentado.
Sabemos que tenemos a la triple conjunción de Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio, aguantando estoicamente la cuadratura de Marte en Aries. Ese es el corazón de lo que va a estar moviéndose en octubre y noviembre, y en la primera parte de diciembre todavía.
Pero como Urano va a ser el protagonista de 2021, creo que es importante ver qué es lo que este planeta prepara desde ya, frente a Mercurio. Porque ahora es cuando tenemos la oportunidad de reflexionar con muchísima profundidad en lo que ha pasado a nivel colectivo, y en cómo hemos gestionado los desafíos del 2020.
Mercurio en Escorpio
Mercurio es el planeta del pensamiento, la comunicación, la curiosidad, el aprendizaje y el diálogo; el planeta que comunica mundos para que lo diferente tome contacto y crezca con el intercambio. Y Escorpio, por su parte, es el signo que nos llama a indagar en las profundidades de las cosas, para descubrir la autenticidad que esconden las apariencias.
Así que, de entrada, este largo recorrido de Mercurio por Escorpio, en un momento tan crítico del año, nos llama a transformar la manera en que sentimos las relaciones sociales, y sobre todo, a transformar la manera en que comprendemos lo que está pasando.
Aquí el reto es no entregarnos deliberadamente a la suspicacia, a la sospecha y, sobre todo a nivel colectivo, a la conspiranoia. Lo verdadero no siempre es lo que está más oculto o lo que es más enrevesado. De hecho, a veces la verdad está delante de nuestras narices y, de tan familiar que nos resulta, no sabemos reconocerla.
Mercurio en Escorpio estará bastante tiempo dibujando una oposición a Urano en Tauro, haciéndonos ver colectivamente lo que habíamos querido negar. Pero, ¿de qué va Urano en Tauro?
Urano en Tauro
Urano en Tauro está haciendo que los valores y certezas se revuelvan, y hasta 2025, cuando abandonará el signo, nos invita a tomar partido para debatir, una vez más, qué es lo que entendemos por progreso, y qué innovaciones y cambios necesitamos colectivamente para resolver los dilemas cruciales del presente.
En este panorama, Urano en Tauro ha estado reforzando discursos como feminismo y ecologismo, poniendo ante la humanidad el innegable problema de nuestra voracidad de recursos naturales, y la desigualdad entre grupos de personas.
Además, Urano en Tauro sacude nuestra relación con el consumo, el dinero y la materia, y ya hace sonar el sonajero de la crisis económica: una emergencia de envergadura muy poco auspiciosa con la que lidiaremos los próximos años.
La actualidad y la niebla
Mercurio es el planeta regente de Géminis, donde está el Nodo Norte. Ahora mismo los Nodos se encuentran en el eje de la información y la comunicación, y en cuadratura a Neptuno, el planeta de las confusiones y la niebla.
Si hasta ahora la desinformación y las fake news nos habían parecido problemáticas, con la oposición de Mercurio en Escorpio y Urano en Tauro, la manipulación de las noticias de actualidad se acelera, en una escalada en la que podemos perder la noción de qué es real, o qué es prioritario.
La objetividad, de por sí, ya se encuentra comprometida por la crisis que la triple conjunción ha traído a todos los temas Capricornio, el signo que precisamente rige la realidad social y el marco desde el que planteamos asuntos colectivos. Vamos a necesitar mucha capacidad crítica durante este tiempo para contarnos el mundo de una forma que tienda puentes y prevenga la fractura social. ¿Por qué?
La peligrosa fractura social
La tendencia del clima astral que vamos a tener estos meses inclina a buscar culpables y chivos expiatorios. Necesitamos tener
mucho cuidado de no proyectar nuestra sombra y nuestros miedos en quien
tenemos delante, porque las cosas tienden a polarizarse mucho, una vez
más. La oposición de Mercurio en Escorpio y Urano en Tauro acelera la polarización de ideas frente a la actualidad.
Las oposiciones son tipos de aspectos tensos, en las que dos planetas se miran frente a frente para tirar de la situación en sentidos opuestos. Mientras unas personas miran al pasado idealizando lo que fue, y tratando de imponer la continuidad, otras personas miran al futuro imaginando lo que puede ser, para explorar alternativas que no nieguen el evidente colapso de la estabilidad tal y como la conocíamos.
Suena a un tema propio de la triple conjunción, pero Urano en Tauro también tiene su papel en este proceso, y se extenderá aún unos años. De hecho, Plutón mismo no abandonará Capricornio hasta 2024, así que, a pesar de que 2020 es el epicentro de todo esto, aún quedan años para procesar la transformación de nuestro mundo, y para implementar los cambios que necesitamos.
La sombra se hace discurso
En medio de este terremoto, la brecha social tiende a abrirse. Si hace unos años hubiéramos visto algunos de los titulares que aparecen a diario en los periódicos, nos habríamos llevado las manos a la cabeza.
En épocas de crisis, la sombra se proyecta en el chivo expiatorio, que normalmente acaba siendo un grupo social al que se responsabiliza de todo lo que va mal. Estas contra aquellas. Nosotras contra ellas. Tan viejo como el mundo.
Parecería que lo políticamente incorrecto, o incluso lo poco sensato, goza de popularidad en este momento. El género, la raza y la nacionalidad vuelven a utilizarse como arma arrojadiza en debates altamente mediáticos, con total impunidad.
Y el discurso político se nutre más de la emoción exaltada y las ganas de formar parte de un clan reconocible, que de la capacidad democrática de escuchar y dialogar. El miedo es un arma de doble filo. El miedo llama a parapetarnos en un círculo de protección, y a cancelar a quien tenemos delante. A ceder nuestra capacidad crítica, y la responsabilidad de tomar decisiones, a esa entidad abstracta del "nosotras".
Del miedo al afán de dominio
De esto va Mercurio en Escorpio en oposición a Urano en Tauro. Las ideas y la comunicación entran en una escalada de miedos irracionales, recriminaciones y acusaciones. Aquí, quien se equivoca siempre parece ser quien piensa diferente. Quien habla como si pudiera haber una escala de matices que desafía la lógica dualista de que o es esto o es lo otro.
El miedo suele ser una traba a la imaginación. Y la imaginación es lo único que nos ayuda a movernos hacia delante. Si no podemos imaginar una salida, parece que solo queda tratar de retener la forma de las cenizas, y pretender que todo puede conservarse como fue. Pero el tiempo no se detiene, y la historia siempre se transforma.
Mercurio en Escorpio en oposición a Urano en Tauro mira el desastre y se deja envenenar de rencor. De pulsiones por mantener el control. En esto hay algo agresivo, dominante e inconsciente que nace del miedo y del deseo de sobrevivir.
Cuando no hay diálogo ni confianza social, y cada cual parece la única responsable de sí misma, el bienestar individual de quien pueda permitírselo pasa por encima de las necesidades colectivas. Sirva como ejemplo el bochosnoso acaparamiento de papel higiénico al comienzo de la pandemia. Un fenómeno internacional, irracional y egoísta.
En la misma balsa
En noviembre, Júpiter y Plutón hacen una nueva conjunción. Plutón y Escorpio rigen la banca, entre otras cosas. Marte ya estará directo. ¿Qué significa todo esto?
Es posible que en este sálvese quien pueda se vaya a socorrer primero a quien ya de por sí tiene poder. ¿Recordáis el rescate a la banca de la crisis previa? También estuvo relacionada con una conjunción Júpiter Plutón.
Si se mueven masivamente recursos para rescatar multinacionales y bancos, mientras las enormes deudas nacionales crecen, será la gente quien pague los platos rotos. Y el descontento no tiene por qué expresarse siempre de formas acertadas, porque la rabia y la necesidad tienden a cegarnos.
Recordemos no cargar contra la vecina que también lo pasa mal. Aquí estamos en una temporada del 2020 en la que es necesario pensar profundamente en qué reformas podemos desarrollar. Reformas que vayan a la raíz de los problemas colectivos. Hechas desde la conversación, la escucha y el intercambio.
Un abrazo, chichis!!!
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