La Luna en Aries es la Luna más activa que hay. Necesita involucrarse en cosas nuevas, tomar la acción y tener a mano un flujo constante de estímulos. Es una Luna que tiende a tomar la iniciativa en momentos en los que las demás nos quedaríamos de piedra, así que también es muy hábil para romper el hielo y mover las cosas hacia delante.
La Luna en Aries es muy independiente, porque confía plenamente en sí misma, y defenderá su espacio personal con uñas y dientes si es preciso. Ama ponerse en acción con un espacio holgado para tomar decisiones por sí misma, y ver los efectos de sus iniciativas y acciones como conquistas personales. La Luna en Aries tiene devoción por los primeros lugares, y luchará por llegar a ellos.
Como tiene tantas ganas de entrar en juego y de lanzarse a la vida sin miramientos, necesita afirmarse a sí misma para sentirse bien, con muy poca tolerancia a la subordinación, a la pasividad o al aburrimiento. Por eso siempre está buscando nuevas batallas en las que involucrarse, y no termina de sentirse satisfecha con lo logrado. Siempre aspirará a conquistar otros caminos. No tanto por conocer, sino por la satisfacción que le da siempre ir más allá.
Su enorme cantidad de energía se focaliza como una lanza hacia el centro de una diana, y si en algún momento no puede ir directa a lo que necesita o desea, sentirá perplejidad. También puede experimentar frustración o ira si se invade su espacio personal con consejos o normas limitantes.
Es una Luna que para sentirse bien necesita desarrollar una relación muy activa con su cuerpo, ponerse en movimiento y descargar su inagotable energía siguiendo sus impulsos y corazonadas. Una buena forma de canalizar ese deseo de ponerse en marcha es a través del ejercicio, por ejemplo.
Como su energía es directa, es una Luna que aprecia la concreción, la síntesis en la comunicación, y la honestidad en los vínculos. No es una Luna amiga de complicaciones, enredos emocionales o ambigüedades, y expresará sus emociones y opiniones de formas claras y directas, sin paños calientes.
Por eso puede ser algo abrupta a la hora de comunicarse, pero siempre con la verdad por delante. Es una Luna con actitud de guerrera, y reserva toda su energía para luchar eficientemente por sus deseos: no pierde energía en dulcificar o revestir las verdades. Por eso, también sus apetencias y emociones son muy visibles desde fuera: es una Luna explícita que no vela lo que siente bajo ningún concepto, porque en el fondo siente que tiene derecho a ser tal y como es, y a hacer lo que desea.
De ahí que sea una Luna que tiende a reaccionar de forma fuerte, con un sentido innato de liderazgo que tiende a abrir camino a las demás. Sin embargo, no es tolerante con consejos, intromisiones o formalidades, que pueden sacarla de quicio. Y no dudará en oponerse abiertamente a lo que no quiere, porque parte de su actitud extrovertida también implica una gran asertividad para decir lo que necesita ser dicho.
De forma interesante, esa actitud de airear emociones y de expresarlas incluso a través de la acción, o de dejar que fluyan según sus impulsos, liberan a la Luna en Aries de lastres emocionales. Es una Luna muy hábil para hacer cortes con cosas que pesan a nivel emocional, para dejar el pasado atrás y perdonar.
Como expresa en el momento su oposición o su insatisfacción en los vínculos, es una Luna que no pierde energía en acumular rencor. Se deshace enseguida de las emociones pesadas para seguir adelante pase lo que pase. Eso sí, puede resultar bastante impaciente, estresarse, o ppasar por alto los necesarios momentos de descanso.
Además, es posible que la Luna en Aries dé a la persona la sensación de que su pasado familiar fue belicoso, conflictivo o competitivo en algún sentido, o que tuvo que luchar por su lugar de pertenencia a la familia por algún motivo. De ahí que también tienda a reaccionar de forma inconsciente con un sentido de alerta muy despierto, que siempre la predispone a la acción, pero también puede resultar estresante. Está siempre lista para reaccionar a lo que surja.
Es una Luna que no deja para después lo que puede hacer ahora, y puede resultar sumamente responsable cuando se trata de defender a quienes ama o luchar por las suyas. Sin embargo, su forma de dar apoyo y cuidar a las demás es muy respetuosa con el espacio personal, permitiendo a las personas tomar sus propias decisiones con un desapego saludable, porque en el fondo respeta a las demás y confía en que ellas pueden resolver sus propios asuntos.
La Luna en Aries cuida motivando, animando y dando valor a las personas que ama, para que vayan y actúen, para que respeten sus propios deseos y confíen en que pueden lograrlos. También pueden ayudar a las personas haciendo que vean los dilemas de forma sencilla y práctica, y sugiriéndoles que experimentar a través de la acción y probar cosas concretas será más satisfactorio que esperar a que todo se resuelva por sí solo o divagar.
Y precisamente por su poca afinidad hacia los consejos, las Lunas en Aries pueden dar consejos sumamente honestos que, como un martillazo, nos recolocan las ideas de golpe. ¡Y eso puede venir muy bien en muchas ocasiones! La Luna en Aries, ante alguien que se pierde en emociones o ideas, apela a la acción como la panacea para todas las dificultades.
A nivel más anecdótico, puede que la casa de las personas con Luna en Aries se sienta como un sitio en el qeu reponer energías para lanzarse posteriormente a la batalla de ahí fuera. Puede que sea una casa funcional, sencilla y moderna, abierta hacia el exterior, que no invite demasiado a que los cojines nos traguen. ¡Por ejemplo con un sofá duro, solo apto para un minuto! De la misma forma, los hábitos alimenticios tienden a ser frugales, valorando las comidas sencillas que no consuman mucho tiempo en su elaboración.
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