Escorpio: comprendiendo el arquetipo

Hola chichis!!! ¿De qué va Escorpio? Aquí perfilamos algunas cosas de este signo de profundidad infinita. Tened en cuenta que sea cual sea vuesto signo solar, ¡aquí no estoy hablando de personas! Todas vivimos la energía de este arquetipo de una forma u otra.

El Sol pasa por Escorpio desde el 23 de octubre hasta el 22 de noviembre, aunque por las irregularidades del calendario puede ser un poco antes. Su regente es Plutón, el planeta más lento de todos. También es el domicilio de Marte. Y si pensamos en su signo opuesto y complementario, Tauro, también podemos comprender mucho.

Escorpio: Agua fija

Escorpio es un signo de Agua. Y se expresa con una cualidad fija, como sucede con todos los signos que consolidan las estaciones. En este caso, Escorpio es el signo de la consolidación de la primavera en el Hemisferio Sur, y de la consolidación del otoño en el Hemisferio Norte. 

En este signo, las características propias del elemento Agua (la fluidez, la gravedad y la concentración, la disolución y la regulación de la vida, la reacción, las emociones y los vínculos...) se expresan de forma fija, con dinámicas que tienden a la persistencia, la conservación y la estabilidad, la consolidación y profundización, la reafirmación, la honestidad y el apego. 

El Agua fija es el agua condensada en algo que la contiene: el agua profunda y subterránea, como el agua de las cuevas, los lagos hondos, las fosas marinas o, también, la de los estanques. 

Vulnerabilidad y la supervivencia

Escorpio se asocia tanto a los largos procesos de transformación como a la depuración. Cuando el agua se estanca, experimenta lentamente cambios de estado. Aparecen mohos, hongos, insectos y bacterias: se llena de todos esos seres vivos invisibles que descomponen los deshechos.

Y en ese charco sin fondo aparente, acaba apareciendo una vida que equilibra precariamente su hábitat, y que es desplazada tarde o temprano por otros seres. Por ejemplo, el agua estancada primero es colonizada por las algas y musgos, luego por los mosquitos, y luego por las ranas. 

Y, de repente, se convierte en un campo de batalla donde la vida se abre paso tratando de sostener en el tiempo un equilibrio. 

Pero cuando la charca ya es un paraíso para los peces, aparece siempre otra especie más fuerte que amenaza y transforma las cosas. Escorpio muestra el lado poco bucólico de la naturaleza. Y también de la naturaleza humana.

Pulsión de vida y muerte

Escorpio tiene que ver con el lento y asombroso ciclo de destrucción y creación, y con la impasibilidad de la naturaleza ante esos procesos que trascienden lo individual, por los que la vida se afirma a sí misma de misteriosas formas y, a veces, con crueles mecanismos. 

Este signo nos pone en contacto con todo lo que nos cuesta ver y aceptar, y nos invita a dejar a un lado el juicio, para observar cómo la vida, en su estado natural, equilibra las muertes y los nacimientos en una incesante pugna por la supervivencia y el poder. 

Plutón siempre se ha vinculado tanto a la muerte como a la fertilidad, y en varios mitos podemos encontrar un paralelismo de ambos principios. 

En la mitología grecolatina, Perséfone, diosa de la primavera, también reinaba sobre el Inframundo. Y diversas figuras ctónicas (de las profundidades) se han relacionado con la muerte y el nacimiento. De hecho, si lo pensamos, muchos ritos funerarios devolvían el cuerpo a  la tierra en posición fetal. Escorpio nos pone a menudo en procesos de muerte, latencia y renacimiento, ayudándonos a conectar con la resiliencia.

 

Instinto

Escorpio muestra que la vida y muerte alternan su dominio, en un ciclo interminable que adopta numerosas formas. Escorpio es transformación. Negación y afirmación. Vulnerabilidad y poder. Dominio y sumisión.

Y bajo esas polaridades, la magia de las aguas profundas nos dejan vislumbrar algo importante, poderoso: "no soy para siempre". Sencillo, profundo: terrible.

De la verdad más rechazada puede nacer algo bello. ¿Qué deseamos hacer con el tiempo que tenemos aquí? Ahí se gesta nuestra verdadera voluntad personal. La verdad drástica de las cosas nos da fuerzas para atrevernos a reconocer nuestros genuinos deseos y a luchar por ellos. 

Pero más allá de eso, cuando conectamos con lo que representa Escorpio, algo irracional y auténtico viene de dentro, de las vísceras, y nos moviliza. Y esa energía no es solo nuestra: es algo que va más allá de lo personal, y que compartimos con todos los seres vivos. Suele actuar, de hecho, de manera un tanto inconsciente. Atracción y repulsión, alerta y calma, terror y dominio: Escorpio es instinto.

El fondo psíquico

Escorpio, como signo de Agua, es emocional. Pero sus emociones tienden a fijarse. Por eso se ha asociado a las obsesiones. Mientras Tauro rumia placeres, Escorpio rumia material psíquico y emocional, poco evidente. Da vueltas a las cosas, como una espiral que va a lo más profundo para desnudarlas de apariencia y verlas tal y como son.

La zona Escorpio de nuestra carta natal es una esponja que concentra y conserva los posos emocionales de todo lo vivido, que tienden a ocultarse a nuestra vista, pero nos transforman lentamente. 

Es un área en la que lo inconsciente nos transforma y se manifiesta de vez en cuando en cambios de paisaje visibles. Escorpio es denso. Las emociones y recuerdos que se mueven ahí tienden a filtrarse pesadamente hacia lo más profundo, y solo en algunos momentos podemos acceder parcialmente a lo que hay ahí.

 

Pero a veces, cuando algo se abre, y tomamos contacto con buena parte de lo que tenemos ahí dentro, podemos sentir que las verdades que emerjen son telúricas, y que pueden amenazar con su intensidad y su verdad la seguridad que se pretendía prolongar. 

La zona Escorpio de nuestra carta natal nos invita, al menos en algún momento de la vida, a desapegarnos de aquello conocido y seguro, para bajar a nuestro inframundo particular y encontrar allí algo valioso. 

Y si bien eso se puede sentir como una crisis desafiante, a veces dolorosa, siempre termina por reforzar nuestra fuerza, nuestra seguridad y nuestra autenticidad. 

De ahí que sea el signo de la investigación, la revelación de misterios y secretos, la riqueza y la sanación terapéutica. Escorpio es el signo de la psicología, en el que, partiendo del conocimiento de nuestros monstruos, podemos reconocer también las motivaciones, reticencias y relaciones de poder que movilizan la vida de otras personas.

Lo oculto

Escorpio, por tanto, es un signo familiarizado con todo aquello que las personas ocultamos y callamos. ¿Por qué callamos? Porque tememos que, si dejáramos fluir los secretos, todo podría destruirse. 

 

Por eso Escorpio es el ámbito del tabú, donde una civilización encierra sus sombras colectivas. Y donde, en consecuencia, cada una de nosotras encierra sus vergüenzas, sus dolores, sus debilidades y sus miedos. Donde echamos la llave a todo lo que consideramos inadecuado.

Pero algo que nos mueve de una forma tan auténtica no puede guardarse ahí eternamente. Tarde o temprano acabamos expresando y confrontando la sombra. 

A veces, la proyectamos en otras personas. A veces, dejamos que estalle y salga de golpe como un incontrolable volcán en erupción. Otras veces nos amistamos con ella. Nuestra relación con nuestra sombra interior es dinámica: todas hacemos lo que podemos ahí.

 

Tuyo, nuestro, mío

Escorpio representa en nuestra carta astral las pulsiones y miedos más inadmisibles de nuestra cultura. Y, por tanto, como son inadmisibles, solo los percibimos cuando asolan el mundo de otras personas. Por eso Escorpio es el signo que rige el patrimonio ajeno. 

 

No deja de ser curioso que el signo de las relaciones de poder y las pulsiones, o las dinámicas inadmisibles como la envidia o el deseo de posesión, se relacione también con el dinero de las otras personas, con sus cuerpos y sus talentos. 

Lo que hay en Escorpio es lo que se desea secretamente.

De ahí que sea el signo que rige el sexo: no se trata de una relación erótica (taurina), seductora (Leo) ni romántica (Libra). Rige aquel sexo que es tabú, que se oculta: el sexo que se adueña temporalmente del cuerpo de la otra persona, y que desafía la ilusión social de que somos seres racionales.

 

La sombra en el día a día

Lo que hay en Escorpio amenaza nuestro concepto de lo que es comportarse de forma civilizada. Sin embargo, curiosamente, también es el signo que rige bancos (gestores de la riqueza ajena), corporaciones, contratos, matrimonios... ¿Por qué? Es precisamente el conocimiento de las pulsiones ocultas de las personas lo que hace necesarios los contratos. 

Cuando yo muera tú heredarás qué (Escorpio rige las herencias), nuestra relación es cómo, vamos a tener una cuenta bancaria compartida o no, con cuánto dinero contribuyes tú y con cuánto contribuyo yo, y este tipo de cosas de las que jamás hablamos cómodamente, son escorpianas.

 

Si alguna vez habéis alquilado y habéis tenido dificultad para recuperar la fianza al dejar la casa impoluta, ahí están: los bajos instintos escorpianos de la propietaria reteniendo los dineros. La sombra de la civilización. El serpenteante cauce del "para mí" agrietando las buenas formas. 

 

Como véis con este ejemplo de la fianza, uno de los retos más grandes que barajamos en Escorpio es superar la desconfianza y el rencor. 😉 Así que ya véis que el arquetipo es profundo, ¡pero también se expresa de formas muy concretas!

Gracias por leer hasta aquí, chichis!

Un abrazo grande!!!

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