Hola chichis!!! En astrología manejamos los aspectos planetarios todos los días, atribuyendo a la relación de las posiciones entre planetas natales o por tránsito ciertas connotaciones y significados. Vamos a profundizar en lo que significan contemplando los aspectos como parte de un ciclo que desarrollan los cuerpos celestes en movimiento. ¡En astrología nada es estático! En el reloj astrológico todo es parte un proceso con diferentes estadios.
La Luna es el "planeta" astrológico que más rápido se mueve, dando la vuelta a todo el horóscopo en 28 días. Quizás por eso estamos más familiarizadas con sus fases. La Luna Nueva es una conjunción de la Luna y el Sol, la Luna en cuarto creciente es la primera cuadratura de la Luna al Sol después de haber estado en fase Nueva, la Luna Llena es la oposición de la Luna al Sol, y el cuarto menguante, la cuadratura que hace la Luna al Sol cuando va de regreso a otra Luna Nueva.
Durante este proceso, el Sol habrá avanzado 28 grados, y usualmente habrá llegado al signo siguiente. A continuación, os propongo que mantengamos el ciclo lunar en mente para comprender los aspectos como parte un ciclo.
La conjunción y el momento semilla
Cuando un planeta hace conjunción a otro, están en el mismo grado de un signo. Esta posición, al igual que sucede con la Luna Nueva, equivale a "sembrar" algo. El ciclo o la relación que habían sostenido antes esos dos planetas acaba, "limpiando" la energía que traían del ciclo anterior, y dando comienzo a un nuevo ciclo marcado por la energía del signo en el que están.Se entiende que la conjunción es un aspecto disarmónico porque los dos planetas que la establecen no pueden expresar sus energías con la claridad acostumbrada, empapándose de la energía del otro, y acumulando energía latente en ese punto muerto que hay entre la despedida de lo viejo y el recibimiento de lo nuevo.
Si pensamos en la energía latente de una semilla, que está llena de futuro, comprenderemos mejor la energía de la conjunción.
El séxtil y la oportunidad
El planeta más rápido de los que hicieron la conjunción avanzará hasta formar el siguiente aspecto, el sextil. El sextil se produce cuando dos planetas se encuentran separados a 60º, en signos más o menos afines, como por ejemplo Fuego y Aire, o Agua y Tierra.El sextil es la fase del ciclo en que las condiciones empiezan a despertar a la semilla de la conjunción con una atmósfera afín: es cuando la semilla se riega y recibe calor, empezando a despertar. Se considera que el sextil es un aspecto armónico porque ofrece la relación propicia para que la energía de esos dos planetas empiece a manifestar su carácter, "colaborando" el uno con el otro para potenciarse mutuamente.
La cuadratura y la ruptura
El planeta más rápido continúa su tránsito hasta entrar en cuadratura con el planeta más lento. Esto sucede cuando ambos planetas se encuentran separados a 90º, en signos que no son afines. Por ejemplo, Fuego y Agua, Tierra y Fuego, Aire y Tierra, o Agua y Aire. Los planetas se expresan, cada uno, en una energía disonante que no está predispuesta a entenderse.La cuadratura es el momento en que la semilla explota y deja de ser semilla; en el que su corteza se desgaja y empiezan a emerger las raíces, los tallos, las hojas. La cuadratura se ha asociado a la energía de Marte, porque es un tipo de relación entre planetas marcado por la determinación, por el avance hacia algo, hiriendo y derribando lo que contenía su energía con la finalidad de llegar a ser otra cosa.
Es la violencia del despertar para llegar a ser. Se considera un aspecto disarmónico, porque los dos planetas en cuadratura se expresan en direcciones enfrentadas, tensionando la relación sin diplomacia para romper lo que había contenido su energía y abrir salidas al crecimiento posterior. ¡Una carta llena de cuadraturas es una carta llena de lucha y movimiento! El conflicto es lo que da interés a lo que hacemos para ir más allá de lo que éramos, y con él llegan las recompensas.
El trígono y la floración
Luego los dos planetas siguen su curso hasta entrar en trígono, que se produce cuando dos planetas se encuentran a 120º, en dos signos del mismo elemento: por ejemplo, Virgo y Capricornio (tierra), Leo y Sagitario (fuego), Cáncer y Escorpio (agua) o Libra y Géminis (aire).Tras el bache de la primera cuadratura, el ciclo de estos dos planetas empieza a mostrar sus primeros resultados, y ya ha crecido lo suficiente como para expresar la naturaleza de su relación particular. Amigados tras la resolución de su primer conflicto, los dos planetas se expresan en completa compenetración, manifestando su energía particular y, a la vez, recibiendo la del otro en completa armonía.
Este aspecto armónico equivaldría, siguiendo la metáfora de la semilla, a un joven árbol lleno de vitalidad y serenidad, que ha logrado crecer tras un viaje lleno de desafíos y ahora se mece complacido. Una carta llena de trígonos es propensa a facilidades, a fluidez. Pero también tiene el lado de una gran autocomplacencia y cierta pasividad. En cualquier caso, ¡las facilidades son siempre bien recibidas!
Luego entrarían en quincucio, a 150º, un momento de potencialidad y reto, en el que la relación planetaria actúa de forma más interna o inconsciente.
La oposición y el fruto
La siguiente relación importante que establecen los dos planetas es la oposición, que se da cuando ambos se confrontan desde signos opuestos, a 180º. La oposición es el momento en que el crecimiento de lo que se sembró en la conjunción llega a su culminación máxima, en forma de frutos. Por eso, las oposiciones son momentos de máxima tensión: un árbol tiene que dar su máxima energía para dar frutos.Se considera un aspecto disarmónico, porque cada uno de los planetas se expresa de forma muy potente, con una energía diferente pero complementaria, definiendo sus acciones en contraposición al otro. Es una energía de confrontación y madurez máxima.
Es cuando las energías de ambos planetas se expresan con contundencia, resaltando sus diferencias, pero sosteniendo su relación en forma de trayecto cumplido, un trayecto cuyos encuentros y desencuentros se hace ahora evidente en forma de resultados. Aquí es cuando vemos de forma totalmente consciente el resultado de todo el ciclo entre ambos planetas. Se hace evidente, y descubrimos, qué es lo que venían a remover al entrar en relación.
La fase decreciente
Después de esto, ambos planetas empiezan a recorrer el zodíaco de forma inversa, entrando en trígno, cuadratura, quintil y sextil para acercarse, debilitando su potencia y "cerrando" sus cabos sueltos hasta entrar en conjunción de nuevo y renovarse, y dándonos la oportunidad de experimentar sus energías armónicas y disarmónicas de nuevo con mayor consciencia, para dar término a lo que traían.Todos los planetas están en continuo movimiento, así que cada instante estamos viviendo incontables ciclos simultáneos. Por ejemplo, el ciclo de Venus y Marte, el de Urano y Plutón, el de la Luna y Neptuno, etc. Cada planeta es "multitarea", y se relaciona cada uno de los demás de una forma particular, sosteniendo un ciclo con cada uno de ellos que se expresa en forma de aspectos diversos que se entrecruzan y relacionan entre sí.
Ver los tránsitos como ciclos ayuda mucho a comprender la astrología como un todo, y a entender las tensiones y armonías de nuestra carta natal o de los tránsitos de la actualidad de forma integrada. Pero también es fundamental para la predicción, porque nos permite saber en qué momento dará resultado lo que iniciamos, por ejemplo.
De esta forma, el reloj astrológico se revela como una maravillosa representación del tiempo, en la que los procesos nacen y mueren de forma circular sin perder la linealidad de lo irrepetible.
Espero que esto os ayude a comprender mejor el significado de las relaciones entre planetas y el sentido del tiempo en astrología, chichis. La astrología es un arte hermoso, complejo y lleno de procesos irrepetibles, como la vida misma. Un enorme abrazo!!!
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Gracias me gustaría saber sobre mi signo virgo
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