Hola chichis!!! Hoy damos enfáticamente la bienvenida a una de las lunas más positivas de 2019: la Luna Nueva en Leo, que se dará en conjunción a Venus y en cuadratura perfecta a Urano en Tauro. ¡Casi nada! Y todo esto... acompañado de la oposición entre Saturno y Plutón en Capricornio y Mercurio retrógrado.
Mercurio retrógrado ha dado un repaso silencioso y profundo a los bloqueos que nos imponen Saturno y Plutón en Capricornio, ayudando a analizar los secretos, viejos dolores y autoritarismos que el eclipse de Luna del 16 de Julio, tan plutoniano, sacó a la luz. Y es que, en esta temporada post-eclipse, nos debatimos entre el conflicto de dejar ir lo que duele (completando la purga que nos propuso el eclipse, tan necesaria) y empezar a construir nuevas salidas a los bloqueos que nos vienen desde fuera, como nos pedía el eclipse de Sol del 2 de Julio.
Pues bien: Mercurio ya está estacionario y se prepara para volver directo el 1 de agosto, justo después de la Luna Nueva. Esto nos va a traer la oportunidad de acabar definitivamente con el profundo proceso introspectivo del mes pasado, haciéndonos conscientes de qué caminos podemos tomar para iniciar nuevos procesos, disfrutar y ser más libres.
La Luna Nueva es una oportunidad de "hacer limpieza", podando de alguna forma todo lo que ya no nos sirve. Pero, como me enseñó mi abuela, también es el momento en que antiguamente los agricultores sembraban las semillas de la próxima cosecha, porque, según sus palabras, "la tierra está dormida". La Luna Nueva funciona como una semilla: está llena de fuerza latente, dormida, que se va despertando poco a poco hasta culminar en la Luna Llena. Por eso, la Luna Nueva no es solo el momento de limpiar, sino el momento de iniciar.
Esta Luna Nueva es una de las más interesantes del año, tanto por la influencia de los recientes eclipses y por la presencia de un Mercurio que nos promete movimiento y claridad mental al ponerse directo, como porque, amigas mías, es una Luna en Leo, en conjunción a Venus, en cuadratura a Urano en Tauro. ¡Women power!
Como ya os he contado otras veces, ahora mismo los protagonistas del cielo son Saturno y Plutón, que traen una energía muy impositiva y reaccionaria: patriarcal. Urano en Tauro resiste a esas fuerzas reaccionarias sacudiendo todo lo que había tenido apariencia de estabilidad, seguridad y solidez. Muchas astrólogas estamos convencidas de que el tránsito de Urano en Tauro representa, además de la conciencia ecológica, la revolución de las mujeres. Y aún durará unos años, pero cuando Urano salga de Tauro y entre en Géminis, nada será igual.
Pues esta Luna Nueva no solo ocurre aludiendo a este clima de conflicto capricorniano que trajeron los eclipses, sino que se da en Leo, el signo de la autoafirmación, la alegría, la autoestima, el disfrute y la expresividad, en conjunción a Venus, que es el regente de Urano en Tauro. Además, el aspecto de cuadratura entre la Luna Nueva y Urano conecta con mucho dinamismo el propósito de autoafirmación femenina de Venus en Leo con la energía revolucionaria y feminista de Urano en Tauro, dando un toque de lucha, valor y audacia marcial a estos planetas.
Lo que deja atrás esta Luna Nueva es la vieja forma de reaccionar ante la opresión de forma pasiva o introspectiva, tan propia de Cáncer; de alguna forma, la primera reacción tras el eclipse del 16 de Julio fue llevar la procesión por dentro con lo que descubrimos sobre nuestras vidas; pero eso ya se acabó. Porque lo que siembra la Luna Nueva es la capacidad de poner límites a los opresores, pero no reprimiendo su poder como haría Saturno, sino afirmando el nuestro. Y viviendo con alegría, sin miedo.
Esta Luna Nueva nos trae la oportunidad de desplegar nuestro poder personal, nuestra autoestima y nuestro deseo de ser libres y cambiar las cosas de forma uraniana; con el tono escénico de Leo, es una muestra de nuestro poder al mundo, una forma de empoderarnos y de decir a los que construyen muros y límites en nuestra vida: hasta aquí hemos llegado. Es una Luna que nos permite vislumbrar caminos a través de los límites que nos impone Saturno, ayudándonos unas a otras.
Esta Luna trae energía muy positiva, y como una semilla que crecerá a lo largo de seis meses, podremos ver sus efectos en febrero de 2020.
Lo que salga de aquí va a ser recordado. A nivel personal, y a nivel colectivo. Así que ¡disfrutemos de esta concentración de intenciones! A partir de ahora movemos ficha nosotras, con más confianza en nosotras mismas, y empezamos a ver la luz al final del túnel. ¡Dentro de seis meses algo será brillante!
Que disfrutéis de esta noche de oscuridad sembrando tempestades. ¡Un abrazo chichis!
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